Friday, March 15, 2024

LAS DOS CARAS DEL “SCHINDLER BOLIVIANO”, EL BARÓN DEL ESTAÑO QUE SALVÓ DE LOS NAZIS A MILES DE JUDÍOS

Moritz Hochschild, de origen judío asquenazi, nació en Alemania. En Bolivia levantó un imperio con el estaño. Lo hizo con nuevas técnicas, pero sobre todo explotando a los mineros. Considerado un “enemigo del pueblo”, en 1999, la aparición de documentos que contaban su gigantesco operativo para rescatar a los judíos perseguidos por Hitler lo redimió

Corría 1999 cuando Edgar Ramírez, encargado de ordenar – en realidad se trataba de crear – el archivo de la Corporación Minera de Bolivia (Comibol), se topó con una serie de documentos que iban camino a formar parte de la basura. Estaban en pésimo estado, algunos casi destruidos por la humedad y habían sido descartados por inútiles. Sin embargo, hubo algo que lo llevó a detenerse en ellos y analizarlos. Ese gesto simple de un hombre responsable desveló, más de seis décadas después de los hechos a los que se referían, un aspecto hasta entonces desconocido Moritz Hochschild, o Don Mauricio, uno de los empresarios mineros más poderosos y a la vez repudiados del país, no solo durante su vida sino también después de su muerte.
Revisando esos papeles, se topó con la otra cara de Hochschild, un judío alemán que en las décadas del ‘20 y del ‘30 del siglo pasado creó y desarrolló un imperio minero basado en la explotación del estaño a fuerza de otra explotación brutal: la de los mineros que trabajaban para él en condiciones que costaba diferenciar de la esclavitud.
Su nombre estaba asociado a los de Simón Patiño y Carlos Aramayo, con los que formaba un trío infernal de la historia del país, el de “Los Barones del Estaño”, empresarios que se habían enriquecido a costa de las vidas de miles de trabajadores bolivianos sumergidos en los socavones.
Hochschild era sin duda todo eso por lo cual se lo señalaba, pero la documentación rescatada por Ramírez demostraba también que durante los primeros años del nazismo en el poder en Alemania había rescatado a miles de judíos de las garras de la dictadura de Hitler para salvarles la vida y darles un futuro nuevo en Bolivia.
Esos documentos mostraban al explotador Hochschild como una suerte de “Schindler de Bolivia”, aunque era una caracterización que le quedaba corta, porque Oskar Schindler, un industrial afiliado al partido nazi, se había ganado el reconocimiento mundial – y una película de Steven Spielberg - por rescatar a alrededor de mil judíos de una muerte segura empleándolos en sus fábricas, mientras que el barón del estaño boliviano había sumado entre 9.000 y 20.000 personas a las que había sacado de Alemania para llevarlas a América del Sur.
En busca de fortuna
Mortiz Hochschild nació en febrero de 1881 en la localidad de Biblis, en el suroeste de Alemania, y provenía de una familia de judíos asquenazis – una etnia que se asentó en Europa Central y del Este - dedicados al negocio de la minería.
A los 20 años salió de Alemania para independizarse de las empresas familiares y comenzó a hacer negocios propios, primero en Australia y más tarde en Chile, donde se instaló para dirigir desde allí sus operaciones.
“En Chile es donde organiza su empresa de extracción, y de forma casi implacable comienza a desarrollar el negocio de la minería, que lo llevaría a Bolivia donde revolucionaría la extracción minera”, dice el historiador Robert Borckmann, coautor con Raúl Peñaranda de “Escape a los Andes. La historia de Mauricio Hochschild, ‘el Schindler de Bolivia’”.
En Bolivia, Hochschild encontró la forma de hacer fortuna rápidamente, apropiándose de minas de plata que estaban abandonadas porque tenían las vetas agotadas, pero que él volvió rentables utilizando nuevos métodos de extracción de estaño y zinc, entre otros minerales.
No fue el único que vio esa posibilidad a principios del Siglo XX: Simón Patiño y Carlos Aramayo estaban desarrollando el mismo negocio y cuando estalló la Primera Guerra Mundial hicieron sus fortunas exportando estaño a las grandes potencias. Trabajaban con costos bajísimos, porque los mineros que trabajaban para ellos apenas si recibían un salario de supervivencia. Así nacieron “Los Barones del Estaño”.
Al mismo tiempo, Hochschild iba estableciendo fuertes vínculos con el poder político boliviano, lo que le permitió evadir impuestos, que nadie investigara las condiciones de trabajo de sus mineros y eludir las regulaciones de la explotación de minerales.
Para principios de la década del ‘30 era uno de los hombres de mayor fortuna no solo en Bolivia sino en toda Sudamérica.
Operación rescate
Una de las primeras medidas que tomaron los nazis al tomar el poder en Alemania en 1933 fue quitarles la nacionalidad a los judíos alemanes que vivieran en el exterior y Moritz Hochschild fue uno de ellos.
“Era un hombre que viajaba todo el tiempo y esta situación lo pone en alerta de lo que ocurre en su país, especialmente con su comunidad. Entonces siente que tiene que hacer algo”, explicaba Brockman en una entrevista con la BBC realizada hace unos años.
En un primer momento, el barón del estaño no pensó en Bolivia como refugio para sus compatriotas. Si bien había amasado – y seguía haciéndolo – la mayor parte de su enorme fortuna en ese país, lo consideraba un lugar atrasado e inapropiado como refugio para los judíos que debían escapar de Alemania.
Por eso intentó primero que fueran recibidos en la Argentina y en los Estados Unidos, dos países mucho más desarrollados y que contaban con una numerosa comunidad judía. No tuvo éxito: por esos tiempos, casi todos los países del continente se mostraban refractarios a recibir refugiados judíos a pesar de que ya era evidente que la barbarie nazi los tenía en la mira.
Casi como última alternativa, aprovechó sus fuertes vínculos con el gobierno boliviano y convenció al entonces dictador Germán Busch de instalarlos en el país y brindarles trabajo. Para conseguir una respuesta positiva, le mintió al mandatario diciéndole que muchos de los migrantes podrían trabajar en el campo porque era lo que hacían en Alemania. No era cierto: la mayoría eran comerciantes, empleados y profesionales.
Una operación monumental
Para trasladar y recibir a los refugiados, el barón del estaño promovió la creación la Sociedad Protectora de Inmigrantes e Israelitas (SOPRO) y la Sociedad Colonizadora de Bolivia (SOCOBO). Esas organizaciones se ocupaban de gestionar la documentación de acuerdo con la normativa boliviana, y lograron la promulgación de Decretos Supremos de 1938, la Resolución Suprema del 14 de marzo de 1938, de ingreso de judíos al país, y la Circular del 24 de abril de 1938, que eran requisitos exigidos a los inmigrantes que buscaban trabajar en el país.
A través de sus organizaciones, Hochschild gestionaba la salida de los judíos de Alemania, su embarque en diferentes puertos europeos con destino en Arica, en Chile, para después llevarlos a Bolivia con el “Expreso de los judíos”, un tren que partía desde el puerto chileno y los dejaba en La Paz.
A la vez creó guarderías, centros infantiles, lugares de recreación para niños huérfanos de procedencia judía y contrató trabajadores inmigrantes judíos en sus empresas mineras. Además, compró las haciendas Santa Rosa, Chorobamba y Polo Polo en los Yungas, donde desarrolló actividades agrícolas con los propios refugiados para producir alimentos, garantizar que tuvieran trabajo y consiguieran una relativa estabilidad económica.
Según los cálculos obtenidos con el entrecruzamiento de algunos de los documentos encontrados, para 1940 el empresario minero más odiado por los trabajadores bolivianos había salvado entre 9.000 y 20.000 judíos de la persecución de Hitler.
Caída en desgracia
La buena estrella de Hochschild en Bolivia se apagó luego del suicidio del dictador Busch en 1939. Su sucesor, el general Enrique Peñaranda, tuvo un trato diferente con los barones del estaño, cuyas operaciones se empezaron a controlar mucho más desde el gobierno.
Hochschild, en particular, se negó a someterse a las nuevas regulaciones y a pagar los impuestos que correspondían a sus actividades de explotación y exportación. Cuando se le cortaron los vínculos que mantenía con el poder, cayó en desgracia. Fue detenido en 1940 y lo condenado a muerte, pero de alguna manera logró que lo liberaran. No acabaron ahí sus contratiempos, porque poco después de recuperar la libertad, lo secuestraron y debió pagar un altísimo rescate.
A pesar de todo se quedó en Bolivia hasta que, encarcelado nuevamente en 1944, gestionó su libertad a cambio de irse del país. Ese mismo año se radicó en los Estados Unidos, desde donde siguió manejando sus negocios y finalmente cruzó el Atlántico para terminar sus días en Paris, donde murió el 12 de junio de 1965.
Para entonces – y sobre todo después de la revolución de 1952, liderada por Víctor Paz Estenssoro y Hernán Siles Zuazo – su nombre, igual que los de Patiño y Aramayo, se convirtió en sinónimo de “enemigo del pueblo”. No era un apelativo injusto, sobre todo desde que, con los cambios en los vientos políticos, salieron a la luz con toda crudeza sus métodos casi esclavistas de explotación de los trabajadores de sus minas.
En cambio, su monumental operación para salvar las vidas de miles de judíos de Alemania y otros países europeos invadidos por los nazis, era prácticamente desconocida en Bolivia y en el mundo.
Salvador y villano
Explotador de unos y salvador de otros, la controvertida figura de Moritz Hochschild se mostraba así con sus luces y con sus sombras. Robert Borckmann, sostiene que con los documentos descubiertos en el archivo de la Corporación Minera y los aportes de nuevas fuentes “brotó la historia de un personaje renovado en distintas dimensiones, ni perfectamente malo ni perfectamente bueno”.
Tal vez sea una manera de definirlo, pero quizás haya que decir que hay personajes, como Moritz Hochschild, capaces de ser buenos, generosos e incluso heroicos con los propios, al punto de salvarles la vida, y despiadados e inhumanos con otros, tanto como para explotarlos de manera brutal sin tener escrúpulos ni cargos de conciencia.
“¿Era un hombre caritativo? No me cabe duda de que ayudó mucho a los suyos, pero tengo un signo de interrogación porque Hochschild es considerado el peor de los tres ‘Barones del Estaño’; dicen que tenía mal genio, que no pagaba impuestos, que explotaba a su fuerza de trabajo”, dijo Edgar Ramírez, el hombre que descubrió los documentos que revelaron su monumental operación de salvataje, cuando le pidieron que lo definiera. Infobae de Argentina (https://acortar.link/gkXlnA)
 
 
 
 
 
MEGAPUERTO DE CHANCAY: CHINA MUESTRA INTERÉS EN EL TREN BIOCEÁNICO PARA CONECTAR CON BRASIL
 
China, con su vasta experiencia en construcción ferroviaria, ve en el tren bioceánico una excelente oportunidad para establecer conexiones con Brasil.
 
Perú Retail (https://acortar.link/OsBliR  https://acortar.link/lZGUZr)
 
El megapuerto de Chancay está programado para iniciar operaciones en noviembre, siendo vital establecer conexiones con las cadenas logísticas para fortalecer su posición como hub regional. Una propuesta con gran potencial es la construcción de un tren bioceánico que conectaría Bolivia y Brasil, mejorando el flujo de mercancías entre los océanos Atlántico y Pacífico. China ha mostrado interés en invertir en este proyecto.
Según la Cámara de Comercio Peruano-China (Capechi), China es un candidato ideal debido a su “vasta experiencia en construcción ferroviaria”, y el tren bioceánico representa una excelente oportunidad para fortalecer los lazos con Brasil.
Ubicado en la costa del Pacífico de Perú, Chancay ocupa una posición estratégica como puerta de entrada para el comercio entre América del Sur y Asia. Sin embargo, para maximizar su potencial, es fundamental contar con una conectividad eficiente con los países vecinos y sus redes comerciales respectivas.
Jorge Chian, director ejecutivo de Capechi, señaló al diario Gestión que Chancay es comparable en capacidad al puerto de Manzanillo (México) y Los Ángeles (Estados Unidos), gracias a su capacidad para recibir la nueva generación de contenedores.
¿En qué consiste el tren bioceánico?
Una de las propuestas clave para mejorar la conectividad y optimizar la eficacia del Megapuerto de Chancay es la implementación de un tren bioceánico. Este proyecto ambicioso busca establecer un enlace ferroviario que conecte el terminal portuario con Brasil, atravesando Perú y potencialmente también Bolivia.
Al unir los océanos Atlántico y Pacífico, el tren bioceánico ofrecería una ruta directa y eficiente para el transporte de mercancías, lo que resultaría en una reducción significativa de los tiempos y costos de tránsito.
El fuerte interés de China en el proyecto del tren bioceánico se deriva de su experiencia en la construcción de ferrocarriles y de sus amplios objetivos estratégicos. Como un actor clave en el comercio mundial y el desarrollo de infraestructuras, El gigante asiático reconoce el potencial de este proyecto para fortalecer sus vínculos económicos con América del Sur.
La inversión de China no solo contribuiría a la construcción del ferrocarril, sino que también estimularía el crecimiento económico y el desarrollo en la región. Es importante destacar que China es el principal impulsor del nuevo puerto peruano a través de Cosco Shipping Ports, empresa a cargo del proyecto.
Actualmente, exportar productos desde Sudamérica hacia Asia requiere aproximadamente 35 días, ya que se realiza a través de “cabotaje” hacia puertos más grandes, como los de México o Estados Unidos. Sin embargo, desde Chancay, los buques podrán realizar viajes directos, lo que permitirá reducir significativamente el tiempo de tránsito a un rango de 10 a 12 días.
Es importante destacar que hace unos años, el Poder Ejecutivo mencionó que el plan ferroviario podría tener un costo aproximado de 7.500 millones de dólares en territorio peruano, y que el financiamiento podría provenir de China, el principal mercado para las exportaciones sudamericanas.
 
 
 
 
 
BOLIVIA LANZA “EPCORO” PARA FORTALECER LA INDUSTRIA DEL ORO
 
Nace con capital para su funcionamiento de hasta 102.900.000 de bolivianos
 
Radio Miraflores de Venezuela (https://acortar.link/PhKX15)
 
El Gobierno de Bolivia aprobó la creación de la Empresa Estatal de Producción y Comercialización de Oro (Epcoro).
La decisión estratégica tomada por el Gobierno de Bolivia de establecer la Empresa Estatal de Producción y Comercialización de Oro, representa un paso significativo para fortalecer la industria aurífera del país.
Mediante el Decreto Supremo 5134, publicado en la Gaceta Oficial, de la nación boliviana, se autorizó la asignación de 102,9 millones de bolivianos del Tesoro General de la Nación para impulsar la formación de esta nueva entidad.
La cual que se dedicará a la producción y comercialización de oro en todas las etapas de la cadena productiva minera.
En el marco de la política de industrialización de los recursos naturales y el fortalecimiento de las reservas internacionales, que desarrolla el gobierno Boliviano.
Epcoro no solo fomentará la extracción y venta de oro, sino que también contribuirá al incremento de las reservas internacionales de Bolivia, según la información oficial.
El directorio de Epcoro estará compuesto por representantes del Ministerio de Minería y Metalurgia, Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, y Ministerio de Planificación del Desarrollo, con el objetivo de garantizar una gestión integral y coordinada.
Minería con Epcoro
Bolivia ocupa el séptimo lugar en América Latina y el Caribe en reservas de oro en bancos centrales estatales, según datos del Consejo Mundial del Oro, con estadísticas financieras internacionales actualizadas a marzo de 2024.
Recientemente, Bolivia también inauguró su primera planta estatal de carbonato de litio en el Salar de Uyuni (suroeste), donde el país concentra gran parte de sus enormes recursos de este metal clave en la transición hacia las denominadas energías limpias.
 
 
 
 
 
DETECTAN PLAGA DE LANGOSTAS EN PARAGUAY, ARGENTINA Y BOLIVIA
 
Las langostas pueden comer su propio peso y arrasar con cultivos para alimentar hasta 30 mil personas en un día; autoridades sudamericanas lidian con la plaga.
 
TV Azteca de México (https://acortar.link/Nosr4I)
 
En la región de Sudamérica, los países de Paraguay, Argentina y Bolivia deben enfrentar la plaga de langostas que está devorando sus cultivos, por lo cual varias hectáreas de tierras están severamente afectadas.
Por ejemplo, en Paraguay, estos insectos están devorando las zonas agrícolas productivas de Agua Dulce del departamento de Alto Paraguay, en la comunidad conocida como el Chaco. Videos en redes sociales mostraban esta plaga.
Tras la viralización de videos, las autoridades confirmaron la existencia de las langostas en la zona, en específico en la estancia llamada Kuarahy Retá.
Paraguay fumigará 500 hectáreas de cultivos
Con el fin de combatir la plaga, las autoridades preparan la fumigación de unas 500 hectáreas de terreno. Además, el Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas de Paraguay emitió una declaratoria de emergencia, debido a que la zona occidente del país tiene frontera con Bolivia.
Los funcionarios paraguayos han explicado que tienen el reporte de 400 hectáreas de cultivos afectadas, donde loa agricultores sembraban soja y otros granos.
Mientras que en Argentina, el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria del país declaró una alerta fitosanitaria con el fin de realizar acciones para controlar la plaga, la cual estará vigente hasta diciembre de 2025. Desde 2015 y tras 60 años sin muchos inconvenientes, la región de Sudamérica ha reportado resurgimiento de la plaga de langostas.
¿Qué son y que hacen las langostas?
Una langosta es un insecto pequeño que tiene un gran ciclo de reproducción, el cual puede aumentar las poblaciones de este animal en cerca de 20 veces. Además, suele ser atraído por los cultivos usados por los rebaños de pastores y son capaces de comer sus propios peso, de dos gramos, al día.
Un enjambre de langostas pueden contener hasta 150 millones de estos insectos por kilómetro cuadrado, la cual puede consumir diariamente cultivos suficientes para alimentar hasta 35 mil personas.
Las nubes de langostas se movilizan rápidamente, al cubrir entre 100 a 150 kilómetros al día, lo cual complica las medidas de mitigación, asegura la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
 
 
 
 
 
MENDOZA POTENCIA: EL ISCAMEN CONTINÚA EXPORTANDO MOSCAS DEL MEDITERRÁNEO A BOLIVIA Y CHILE
 
Esta semana se realizaron envíos a ambos países por $14 millones. Se trata de pupas o capullos de insectos estériles producidos en la Bioplanta de Santa Rosa.
 
Mendoza Today de Argentina (https://acortar.link/Rd1ikq)
 
En 2019, el programa de asistencia técnica de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA), junto al Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria de Bolivia, licitó la provisión de moscas del Mediterráneo estériles para el departamento de Cochabamba, situado en la zona centro del país, con producciones de durazno, papaya, chirimoya, manzana y cítricos.
Actualmente existe un plan de provisión a Bolivia de 60 millones de insectos que se está completando mediante el envío de 10 millones semanales, los cuales son recibidos por el programa boliviano de control para su liberación en Cochabamba.
Además de los envíos a Bolivia, se suman despachos semanales de 4 millones hasta alcanzar los 58 millones de pupas solicitadas por el Servicio Agrícola Ganadero (SAG) de Chile, para su región metropolitana.
De esta forma, la Bioplanta del Iscamen se consolida como referente a nivel internacional en la producción de insectos estériles para el control de plagas agrícolas. Los convenios internacionales que lleva adelante el organismo tienen como objeto avanzar hacia la sostenibilidad de los procesos de producción que se desarrollan en la Bioplanta ubicada en Santa Rosa.
Asimismo, aporta el insumo fundamental para la protección de las áreas libres de mosca del Mediterráneo en la Patagonia a través de dos envíos semanales (28 millones) de insectos estériles desde el Centro de Empaque en el departamento de General Alvear.
Tanto la Patagonia como los oasis Sur y Valle de Uco de Mendoza son áreas reconocidas internacionalmente como libres de esta plaga y sostenidas fundamentalmente a través de la liberación de machos esterilizados producidos en la Bioplanta Santa Rosa del Iscamen, que interrumpen el ciclo biológico de la plaga mosca del Mediterráneo.
Bioplanta de producción
En Mendoza se utiliza para el control de la mosca del Mediterráneo la Técnica del Insecto Estéril (TIE). Consiste en la cría masiva, esterilización y posterior liberación al medio ambiente de ejemplares machos esterilizados de esta especie, los que al cruzarse con hembras fértiles no dejan descendencia.
Los insectos esterilizados pueden competir y aparearse con los insectos silvestres. Como resultado, se produce una reducción de la fertilidad de la población natural, con la disminución de la cantidad de plaga, hasta provocar incluso su desaparición.
Esta técnica es aplicable a otras plagas que afectan la agricultura, como también a aquellas que impactan sobre la salud humana; el carácter multipropósito y modular de la Bioplanta del Iscamen significa un gran potencial de la capacidad instalada. Además, permite en la actualidad avanzar en los estudios que posibiliten la cría masiva de otros insectos plaga como la mosca sudamericana de la fruta (Anastrepha fraterculus) y el gusano barrenador del ganado (Cochlliomyia hominivorax), por el cual se proyecta con el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca del Uruguay la provisión de 8.300 millones de insectos en 10 años.
También se realizan estudios para ajustar la cría y esterilización de otros insectos como Tenebrio molitor, Drosophila suzukii, Lobesia botrana y Aedes aegypti, mosquito vector del dengue. La Bioplanta es una gran fábrica de insectos donde cada sala reproduce las condiciones de un estadio biológico de insectos plaga. Esta infraestructura es única en su tipo en Mendoza y la de mayor envergadura en Sudamérica.
 
 
 
 
 
MACHADO SE SOLIDARIZA CON JEANINE ÁÑEZ TRAS TRES AÑOS DE SU «INJUSTA PRISIÓN»
 
Áñez asumió el mando interino del país dos días después de la renuncia de Evo Morales y de todos los funcionarios en línea de sucesión
 
Analítica de Venezuela (https://acortar.link/AGmh3W)
 
la  lider opositora María Corina Machado envió un mensaje solidario a la expresidenta interina de Bolivia, Jeanine Áñez (2019-2020), al cumplirse tres años de lo que calificó una «injusta prisión», tras ser acusada por la crisis política y social de 2019 en el país andino.
«A tres años de la arbitraria e injusta prisión que está sufriendo Jeanine, desde Venezuela quiero enviarte toda la fuerza de los venezolanos que luchamos también por nuestra libertad, por que exista democracia en todos los países de América Latina«, sostuvo Machado en un video compartido en las redes sociales de la exmandataria boliviana.
«Por eso tu lucha es también la nuestra«, añadió la exdiputada venezolana, quien además envió a Carolina Ribera, hija de la expresidenta, «la fuerza de todos los hijos de Venezuela que también ven a sus familias perseguidas y divididas«.
La venezolana también afirmó que no descansarán «hasta lograr la libertad de todos los latinoamericanos que son presos políticos perseguidos por tiranías que quieren oprimir a sus pueblos y acabar» con las «libertades».
«Es la misma lucha y tendremos el mismo destino, que es la libertad. Dios la bendiga», concluyó.
Jeanine Áñez asumió el 12 de noviembre de 2019 el mando interino del país como segunda vicepresidenta del Senado, dos días después de la renuncia de Evo Morales y de todos los funcionarios en línea de sucesión presidencial.
 
 
 
 
 
BERTHA AGUILAR, LA ABOGADA AYMARA DE LAS INDÍGENAS DISCRIMINADAS EN BOLIVIA
 
Radio Francia Internacional (https://acortar.link/5LE1pF)
 
Mientras cosecha las papas que sembró a orillas del lago Titicaca, Bertha Aguilar recibe una llamada. Del otro lado, una mujer le habla en lengua aymara. Fue golpeada por sus cuñados por un lío de tierras y quiere que esta abogada indígena boliviana la defienda.
Aguilar, de 56 años y madre de dos hijos, es una de las pocas aymaras que representa a indígenas víctimas, sobre todo, de violencia machista. Son mujeres que solo se comunican en su lengua originaria.
Pese que junto al aymara hay otras 35 lenguas nativas reconocidas en Bolivia, en los juzgados solo se habla en español.
El 41% de los 12,5 millones de bolivianos se identifica como indígena o descendiente de los pueblos originarios, pero la justicia no está obligada a tener intérpretes. El aymara es el tercer idioma más hablado después del español y el quechua.
Aguilar, quien también sufrió maltratos de su expareja antes de estudiar leyes, siempre lleva con orgullo su pollera (falda abultada), su bombín y zapatillas estilo ballet.
"Es diferente cuando les explicas en aymara, mejor te cuentan qué les ha pasado", señala la mujer antes de guardar su celular y regresar a la cosecha.
La discriminación por el idioma y la vestimenta dificulta el acceso a la justicia para las aymaras, sostiene Lucía Vargas, de la Coordinadora de la Mujer, un colectivo de oenegés feministas.
"Quisiéramos saber cuántos jueces y fiscales hablan un idioma indígena. Si las aymaras no entienden el castellano, tienen mayor dificultad de entender la complejidad de un proceso judicial que además está (escrito) en castellano", indica.
Aymaras y el machismo
Cuando no está litigando, Bertha Aguilar cuida su parcela en Chachapoya, un pequeño poblado a 170 km de La Paz de donde migró a los 16 años. Entonces solo hablaba aymara.
Sobrevivió limpiando casas, y luego de separarse de su marido ingresó a la Universidad Pública de El Alto, una ciudad contigua a la capital boliviana, donde obtuvo su título como abogada en 2012.
Solo el 10% de las casi 800.000 mujeres que se identifican como aymaras en Bolivia acceden a la educación superior, según un estudio de la Universidad Católica. En total los aymaras representan el 9,6% de los bolivianos.
Las mujeres que llegan a Bertha Aguilar tienen historias de violencia machista, una más dramática que otra. "He visto todo tipo de hematomas, puñetes en el ojo, o sea, todo maltrato. Creo que el varón no tiene miedo de agarrarle (a la mujer)", dice la abogada.
Aunque no hay una estadística de indígenas víctimas, "el mundo aymara no es un aparte, es un mundo que es parte de una realidad nacional donde hay una fuerte carga de machismo desde tiempos inmemoriales", sostiene la historiadora Sayuri Loza.
En 2023 Bolivia registró 51.000 denuncias de agresiones físicas, sexuales, psicológicas y económicas, entre otras, contra las mujeres.
Entre los casos se cuentan 81 feminicidios, según datos de la fiscalía.
En América Latina se registraron el año pasado 4.599 feminicidios, de acuerdo con la oenegé Mapa Latinoamericano de Femi(ci)dios, que recabó datos de 16 países de la región.
De agredida a defensora
Bertha Aguilar también fue víctima de violencia intrafamiliar y discriminación por su origen aymara.
En la familia de su esposo habían profesionales universitarios, y recuerda que sus cuñados le decían: "Si mi hermano te va a dejar es porque eres de pollera".
Se separó en 2005, pero tardó en encontrar un abogado que llevara su divorcio. Hablé con "unos cuatro, pero no me hacía entender. No me explicaba bien (...) y defendían al hombre", evoca.
Se empeñó entonces en ser la defensora de las aymaras. "En los juzgados (...) hay muchas mujeres que no pueden hablar en castellano", remarca.
La oficina de Bertha Aguilar está frente al Tribunal de Justicia de El Alto. Es un espacio pequeño de paredes de color turquesa, con un escritorio y algunos libros. "Si no estoy llame", se lee a la entrada en un mensaje junto a su número telefónico.
Actualmente lleva 40 casos de mujeres en trámites de divorcio o conflictos por propiedades, entre otros procesos. Nunca rechaza una llamada en su celular.
"Nayax aka divorciox doctorat mistuñap munta" (Quiero que salga ese divorcio doctorita), le dice Silveria Palle, de 57 años y quien fue golpeada por años por su pareja, durante una visita al despacho.
La abogada aymara suele transmitir a sus clientas el mismo mensaje: "Si yo he salido de los maltratos de la violencia, ¿cómo no vas a poder tú?".
 
 
 
 
 
INRETAIL CONSIDERA VENDER SU FILIAL FARMACÉUTICA EN BOLIVIA A UNA EMPRESA LOCAL
 
El conglomerado peruano está en proceso de vender su filial boliviana Quimiza a Lecar, una empresa local especializada en importación y exportación de medicamentos.
 
Perú Retail (https://acortar.link/lC1U6N)
 
Según el portal especializado en temas legales y jurídicos, Latin Lawyer, la compañía minorista peruana InRetail, a través de su división InRetail Pharma, dedicada al rubro farmacéutico, tiene planes de vender su operaciones y negocios en Bolivia.
Al detalle, el citado medio afirma que InRetail Pharma contrató a la firma boliviana PPO Abogados para vender su filial local, Quimiza, a la empresa exportadora de medicamentos con sede en Santa Cruz, Importadora y Exportadora Lecar. Cabe precisar que Quimiza es la filial boliviana de Química Suiza, empresa peruana de distribución de medicamentos.
La posible venta surge luego de la presentación de resultados del grupo para el año 2023, en el que se detalla que la operación de distribución farmacéutica ha enfrentado un complejo escenario. Solo en el cuarto trimestre, las ventas cayeron 7.6% versus el mismo periodo de 2022, debido a una reducción en ingresos por la contracción en la demanda del canal tradicional en Perú, así como por la caída esperada en ventas institucionales en Ecuador.
No obstante, InRetail Pharma anotó ingresos por S/8,791 millones durante todo el año, un 1.4% por encima del 2022, con un crecimiento de las ventas mismas tiendas de 1.2%.
InRetail Pharma y subsidiarias
La creación de la unidad farmacéutica de InRetail se remonta hasta 1939, cuando Armando Gertsch y los hermanos Augusto y Carlos Piaget, fundan la empresa peruana Química Suiza con el apoyo financiero de Federico Mulder.
Rápidamente se convirtieron en pioneros de la distribución al abrir sus primeras farmacias en Lima, y posteriormente escalar a provincias. No fue sino hasta 1978 que decidieron emprender viaje fuera del Perú, fundando así las filiales Quifatex en Ecuador y Quimiza en Bolivia.
Uno de sus hitos más trascendentales fue la creación de su cadena Mifarma en 2006. Ese mismo año, fundaron Quideca en Colombia; sin embargo la operación ya no pertenece más al grupo.
En 2011 crearon “Quicorp”, para ser la empresa holding del grupo. A su vez, comenzaron una serie de adquisiciones de otras cadenas conocidas, como boticas BTL y farmacias Fasa, además de la cadena Gloria en Bolivia. Un año después, fundaron Química Suiza Industrial (QSI), subsidiaria que comenzó operaciones en Paraguay en 2014, consolidando así su presencia en la región.
La revolución del segmento farmacéutico en Perú llegaría en 2018, cuando InRetail, que ya se había consolidado con Inkafarma tras adquirir la cadena en 2011, decide comprar Quicorp. El grupo Intercorp anunció la compra del 100% de acciones por US$ 583 millones.
Un año antes de la transacción, la empresa tuvo una facturación de aproximadamente US$1.600 millones. Hasta el cierre de la compra, Quicorp poseía más de mil farmacias y doce centros de distribución en Ecuador, Bolivia y Colombia.
Planes de inversión de InRetail Pharma
Tras la presentación de resultados del 2023, InRetail anunció un plan de inversiones para su unidad Pharma a lo largo del 2024 y que se extenderá hasta el año entrante.
En concreto, planea abrir aproximadamente 50 nuevos establecimientos de sus cadenas Inkafarma y Mifarma Beauty. Este último siendo el moderno formato que mezcla la venta de productos de belleza y dermocosmética con atención personalizada y productos farmacéuticos.
Asimismo, continuará con la construcción de un nuevo centro de distribución, anunciado ya desde 2023, que está previsto ser inaugurado en el segundo semestre de 2025. Para
 
 
 
 
 
UN PAÍS DE SUDAMÉRICA ES EL SEGUNDO MAYOR EXPORTADOR DE LITIO DEL MUNDO, DESEADO POR ELON MUSK
 
Sudamérica posee gran cantidad a nivel mundial de 'oro blanco' en el triángulo del litio. Un país de este selecto grupo ostenta la mayor reserva de este mineral y otro es el mayor exportador del planeta.
 
La República de Perú (https://acortar.link/bOrtJT)
 
Sudamérica emerge como un líder por las grandes reservas de litio, crucial para el futuro de la movilidad eléctrica, que poseen diversos países. El litio, apodado 'el oro blanco', es la piedra angular de la transición energética hacia vehículos eléctricos, con América Latina albergando una significativa porción de las reservas mundiales.
El triángulo del litio, que incluye territorios de Argentina, Bolivia —que posee la mayor reserva del mundo— y Chile, es especialmente prominente, aunque cada país se encuentra en diferentes etapas de desarrollo en la explotación de este recurso.
Chile es el segundo mayor exportador de litio del mundo
Chile es el segundo mayor productor mundial de litio, según datos del Servicio Geológico de los Estados Unidos (USGS), y enfrenta retos significativos y oportunidades únicas en el escenario global de la exploración y explotación del mismo, un mineral esencial para la revolución de la electromovilidad.
En los últimos tres años, Chile ha intensificado su inversión en la exploración de litio y superó los 467 millones de dólares en 2022. Un hito significativo en esta inversión fue el descubrimiento por parte de la Corporación Nacional del Cobre (Codelco) de grandes cantidades de litio en el Salar de Maricunga, la segunda reserva más concentrada del mundo después del Salar de Atacama. Este hallazgo subraya el potencial geológico de Chile para consolidar y expandir su posición en el mercado global del litio.
La Comisión Chilena del Cobre (Cochilco) ha señalado un atraso en la estrategia nacional para la gestión del 'oro blanco', proyectando que para 2035 Chile podría ceder su segundo lugar a nivel productivo frente a una Argentina en ascenso.
A pesar de su posición privilegiada, los datos de S&P Global Intelligence revelan que Chile ocupa la quinta posición en el presupuesto global destinado a la exploración de litio, con un 9%, situándose detrás de Argentina, Estados Unidos, Australia, y Canadá. Esta posición refleja tanto el potencial sin explotar como los desafíos estratégicos que el país debe superar.
Chile actualmente explota principalmente el Salar de Atacama, que alberga el 90% de las reservas nacionales de litio, pese a contar con más de 50 salares. La explotación está en manos de dos empresas: la Sociedad Química y Minera SQM y la estadounidense Albemarle. Esta concentración en un solo salar y en pocas empresas sugiere la existencia de oportunidades para diversificar y aumentar la producción nacional de litio.
El impacto económico del litio en Chile es notable, con el Estado recibiendo más de 5.000 millones de dólares por su explotación en 2022, lo que equivale al 1,6% del PIB. Además, las ventas de carbonato de litio al exterior experimentaron un incremento del 777% en 2022 respecto al año anterior. Superaron a otros productos tradicionales en la canasta exportadora chilena como el salmón, el hierro y las cerezas.
Elon Musk y el litio chileno
La llegada de Tesla a Chile marca un momento significativo para toda Latinoamérica. Tesla llega a la capital chilena con el plan de "importar, exportar, fabricar, comercializar, distribuir y vender" vehículos eléctricos (EV) en toda la región.
El interés de Tesla en Chile no se limita únicamente al mercado de vehículos eléctricos. Tesla, cuyos productos dependen del litio para las baterías de sus autos y soluciones de almacenamiento de energía, quiere asegurar y diversificar su cadena de suministro de este mineral, dada la posición de Chile como uno de los principales productores a nivel mundial
La colaboración entre el Gobierno chileno y Tesla, en el marco del Tratado de Libre Comercio con EE. UU., sugiere un esfuerzo concertado para atraer inversiones en el sector de litio y energías renovables. Esto es particularmente relevante, considerando la importancia del litio para la transición energética global y la creciente demanda de baterías de iones de litio.
 
 
 
 
 
PREOCUPA A GRUPOS NATIVOS DE CHILE Y ARGENTINA LA EXPLOTACIÓN MINERA DEL LITIO
 
Comunidades indígenas temen que los efectos que la explotación del litio, un elemento cada vez más codiciado por las potencias, termine con sus territorios.
 
Voz de América de EE.UU. (https://acortar.link/kmBSVR)
 
El pueblo nativo de los kolla ha pasado pasado siglos ascendiendo a lo profundo de las montañas del norte de Argentina en busca de una sustancia simple: agua potable.
Aquí, en uno de los entornos más áridos del mundo, es una fuerza vital que lo sustenta todo.
En los meses de lluvia, las tierras sagradas que rodean su pequeño pueblo de adobe de Tusaquillas cuentan con agua abundante. En los meses secos, las familias caminan kilómetros bajo el sol abrasador, con la esperanza de que su ganado pueda beber de un pequeño recipiente de plástico, alimentado por una manguera que llega hasta las distantes montañas.
Pero comunidades como la de ella temen cada vez más que se les acabe la buena suerte. Esto se debe a que los cauces secos de agua que rodean su pueblo están intrínsecamente conectados con los extensos salares blancos que se extienden debajo, lagunas subterráneas con aguas repletas de un material que ahora se conoce como “oro blanco”: el litio.
En el “triángulo del litio” —una región que se extiende por Argentina, Chile y Bolivia—comunidades nativas se asientan sobre un tesoro escondido: un estimado de un billón de dólares en litio.
El metal es clave en la lucha global contra el cambio climático, utilizado en las baterías de los automóviles eléctricos, crucial para la energía solar y eólica, y más. Pero para obtenerlo, las minas extraen agua de las planicies, ligadas a la vida de miles de comunidades.
A medida que los más poderosos del mundo miran cada vez más hacia el Triángulo —la mayor reserva de litio en la Tierra— como una pieza crucial del rompecabezas para salvar el medio ambiente, otros temen que la búsqueda del mineral signifique sacrificar esa misma fuerza vital que ha sostenido a los pueblos nativos de la región durante siglos.
Entre 2021 y 2023, el precio de una tonelada de litio en los mercados estadounidenses casi se triplicó hasta un máximo de 46.000 dólares el año pasado, según un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). En China, el principal cliente del litio de la región, una tonelada de este metal se vendió por la enorme cantidad de 76.000 dólares en su punto máximo el año pasado.
Líderes, ejecutivos mineros y empresas de todo el mundo comenzaron a mirar hacia allá. Empezando por Estados Unidos y China, consideraron los desiertos áridos de la región como una fuente de riqueza y un motor para impulsar la transición a la energía verde.
La elevada demanda impulsó la producción mundial de litio, pero en los últimos meses los precios han caído significativamente debido a un exceso de oferta del metal a corto plazo y a sobreestimaciones sobre las compras de vehículos eléctricos. Sin embargo, el consumo mundial de litio continúa en aumento.
El “oro blanco” que buscan está contenido en los cientos de salares —planicies de sal— desperdigados por la región.
El problema es que las planicies de sal también forman una parte esencial de un ecosistema altamente biodiverso, dicen los científicos.
Si bien el agua de las lagunas no es potable, están ligadas a las fuentes de agua dulce circundantes, a las escasas lluvias y a los arroyos de montaña cercanos, esenciales para la supervivencia de miles de comunidades indígenas.
La preocupación de los científicos entrevistados por la AP es que el bombeo de agua a escala industrial contamina el agua dulce con la salmuera que bombean y de hecho seca el medio ambiente circundante. Dicen que ha producido efectos en cadena para la vida en la región en una época en que ya ha sido golpeada por la sequía inducida por el cambio climático.
Por su importancia ambiental, los salares y sus aguas circundantes se han ganado un sitio sagrado para las culturas indígenas, parte esencial de las celebraciones nativas durante todo el mes de agosto.
Los salares de la laguna de Guayatayoc y Salinas Grandes aportan ingresos a pueblos como el suyo mediante el turismo y la recolección de sal en pequeña escala. Más de 30 compañías solicitan oficialmente permiso para extraer el agua de los dos salares. Letreros puestos por la comunidad en las orillas de las planicies de sal piden a las empresas de litio que respeten el territorio y se vayan.
Las cosas llegaron a un punto crítico el verano pasado cuando el gobierno local, ansioso por obtener ganancias de las minas, modificó su Constitución para facilitar la supresión de ciertos derechos territoriales indígenas y limitar la capacidad de protesta contra la expansión de la minería.
Alicia Chalabe —la abogada ambiental que representa a las comunidades— y otros argumentan que la medida infringe el derecho internacional.
Miles de indígenas estallaron en protesta, bloqueando carreteras utilizadas por las minas de litio y portando banderas indígenas de arco iris. La reacción de las autoridades hacia los manifestantes pacíficos estuvo marcada por represión violenta y arrestos arbitrarios, según grupos como Amnistía Internacional y Naciones Unidas. Sin embargo, se prevé que las protestas continúen.
La vecindad
Las preocupaciones argentinas nacen en el vecino Chile, donde la minería de litio está en pleno vigor desde hace décadas en el desierto de Atacama, el lugar más seco de la Tierra.
Tubos negros gigantes que bombean agua salada subterránea corren como venas a través de la tierra blanca y agrietada del Salar de Atacama. Pasan junto a rugientes bulldozers amarillos y trabajadores con chalecos color naranja brillante.
La llanura alberga a las dos empresas de litio que operan en Chile: SQM y la estadounidense Albemarle.
“Yo creo que vivimos una crisis en la cual tenemos una advertencia grande, pero también tenemos soluciones y el litio representa una de las soluciones necesarias y fundamentales para electrificar el transporte”, dijo Valentín Barrera, portavoz de SQM, la mina de litio más grande de Chile. “Queremos crecer, entendiendo que es necesario para mitigar el cambio climático”.
Aquí, en la mina SQM, eso significa bombear al menos 1.280 litros de agua salada subterránea por segundo —entre 6 y 8 tinas de baño— según cifras de la mina. Los tubos convergen en hileras de piletas azules, verdes y amarillas, donde el agua llena de litio pasa de una pileta a otra.
El duro sol del desierto evapora el agua, y a menudo los fuertes vientos la expulsan del ecosistema, llevándola incluso hasta Brasil, dijo un funcionario de la mina. Debido al proceso de evaporación y a los vientos, casi no se puede reinyectar agua al suelo. Deja detrás sal y litio para ser procesados y utilizados por algunas de las empresas más grandes del mundo, como Tesla.
Mientras tanto, las comunidades circundantes han observado cómo sus tierras se marchitan.
Mientras tanto, pozos y lagunas junto a las minas rebosantes de agua dulce de color azul intenso se secaron.
Al igual que en Argentina, la minería provocó oleadas de críticas y batallas judiciales a medida que los lugareños exigen tener voz sobre el destino de sus tierras.
En 2013, una inspección ambiental encontró que habían muerto un tercio de los algarrobos blancos —un árbol que se sabe que sobrevive en ambientes hostiles— cerca de la mina SQM. Muchos árboles más se marchitaban.
Una investigación en 2016 encontró que SQM extrajo durante años consecutivos más agua subterránea de lo permitido legalmente, algo que, según las autoridades, puso en riesgo extremo la estabilidad del ecosistema. Posteriormente, SQM acusó a su vecino de hacer lo mismo.
En 2022, se ordenó a SQM pagar 51,7 millones de dólares para corregir los daños causados por seis infracciones, entre ellas preocupaciones con respecto a la transparencia y contaminación de pozos de agua dulce.
Barrera, el vocero de SQM, no respondió directamente cuando se le preguntó si pueden afirmar categóricamente que no han dañado el medio ambiente.
“En base a esa información que tenemos disponible es que ‘no’ respecto a las condiciones basales; no ha existido un cambio fundamental sobre las condiciones del entorno, sobre todo el recurso en el fondo”, declaró.
Atribuyó los fallos judiciales y las críticas a la “desinformación”, y culpó a las minas de cobre estatales, que también consumen mucha agua. Posteriormente, el director de la mina agregó que el agua que las minas de litio bombean se rellena lentamente con la lluvia y el agua dulce de las montañas, una fuente de agua para las comunidades locales.
En Albemarle, la otra mina que ocupa la planicie, un portavoz insistió en que la salmuera que bombean “no es agua” porque no es potable.
Casi una docena de científicos que hablaron con The Associated Press explicaron que es casi inconcebible que el uso intensivo de agua no tenga un impacto ambiental.
Auge económico
La minería de litio ha provocado también un auge económico en algunas partes de Chile.
Los beneficios económicos del litio son innegables. La minería representa un enorme 62 % de las exportaciones de Chile, una columna vertebral crucial para la economía del país.
El dinero que las minas han aportado se ha extendido por todo Peine.
Mientras tanto, los enfrentamientos jurídicos con las empresas mineras han sembrado tensiones en las comunidades indígenas.
Un informe de la ONU divulgado en 2020 decía que la minería ha consumido el 65 % del agua alrededor del Salar de Atacama, “provocando el agotamiento de las aguas subterráneas, la contaminación del suelo y otras formas de degradación ambiental, lo que ha obligado a las comunidades locales a abandonar los asentamientos ancestrales”.
Los investigadores dicen que los peores efectos del bombeo actual podrían sentirse sólo más adelante.
A medida que la minería de litio ha atraído una mayor atención mundial, el destino del agua en la región está cada vez más lejos del alcance de esas comunidades.
En abril del año pasado, el presidente progresista chileno Gabriel Boric anunció un plan destinado a compensar los impactos ambientales del sector del litio al impulsar el control gubernamental de las minas de este elemento químico.
Funcionarios del gobierno dijeron a la AP que un nuevo plan les permitiría regular mejor el uso del agua y distribuir la riqueza más allá de sólo unas pocas personas. Pero los planes provocaron indignación entre las comunidades indígenas, que dijeron que una vez más fueron marginadas de las negociaciones del gobierno con las minas.
La medida también tuvo el efecto adverso de empujar a las empresas mineras a invertir en la vecina Argentina, donde la explosión de la minería de litio apenas ha comenzado.
Las puertas para las empresas mineras también quedaron abiertas de par en par bajo el nuevo líder derechista y “anarcocapitalista” del país, Javier Milei.
Milei reducirá los costos para las empresas mineras en un intento por atraer inversores en medio de una crisis económica cada vez más profunda y probablemente obstaculizará aún más las ya difíciles gestiones de las comunidades indígenas para hacer retroceder a las empresas mineras.
Si bien la cercana Bolivia cuenta con más litio que Chile y Argentina, sus reservas han permanecido en gran medida sin explotar.
Mientras tanto, la región también se ha convertido cada vez más en parte de un estira y afloja entre potencias globales como Estados Unidos y China, ya que ambos países buscan aprovechar sus grandes reservas de litio.
Mientras tanto, para las comunidades el creciente interés por su hogar representa otro escenario de pesadilla.
Observan las extensas planicies de los salares y el agua que han dado vida a su tierra árida.
 
 
 
 
 
PREOCUPA A GRUPOS NATIVOS DE CHILE Y ARGENTINA LA EXPLOTACIÓN MINERA DEL LITIO
 
En el “triángulo del litio” —una región que se extiende por Argentina, Chile y Bolivia—comunidades nativas se asientan sobre un tesoro escondido: un estimado de un billón de dólares en litio
 
Independent en Español de Londres (https://acortar.link/K3xesF)
 
Irene Leonor Flores de Callata, de 68 años, camina por el lecho de un río completamente seco mientras guía un rebaño de llamas y ovejas a través del extenso desierto.
Los kolla, el pueblo nativo de Flores de Callata, han pasado siglos ascendiendo a lo profundo de las montañas del norte de Argentina en busca de una sustancia simple: agua potable.
Aquí, en uno de los entornos más áridos del mundo, es una fuerza vital que lo sustenta todo.
En los meses de lluvia, las tierras sagradas que rodean su pequeño pueblo de adobe de Tusaquillas cuentan con agua abundante. En los meses secos, las familias caminan kilómetros bajo el sol abrasador, con la esperanza de que su ganado pueda beber de un pequeño recipiente de plástico, alimentado por una manguera que llega hasta las distantes montañas.
Hoy es un día de suerte. Su recipiente azul está lleno de agua fresca.
Pero comunidades como la de ella temen cada vez más que se les acabe la buena suerte. Esto se debe a que los cauces secos de agua que rodean su pueblo están intrínsecamente conectados con los extensos salares blancos que se extienden debajo, lagunas subterráneas con aguas repletas de un material que ahora se conoce como “oro blanco”: el litio.
En el “triángulo del litio” —una región que se extiende por Argentina, Chile y Bolivia—comunidades nativas se asientan sobre un tesoro escondido: un estimado de un billón de dólares en litio.
El metal es clave en la lucha global contra el cambio climático, utilizado en las baterías de los automóviles eléctricos, crucial para la energía solar y eólica, y más. Pero para obtenerlo, las minas extraen agua de las planicies, ligadas a la vida de miles de comunidades como la de Flores de Callata.
A medida que los más poderosos del mundo miran cada vez más hacia el Triángulo —la mayor reserva de litio en la Tierra— como una pieza crucial del rompecabezas para salvar el medio ambiente, otros temen que la búsqueda del mineral signifique sacrificar esa misma fuerza vital que ha sostenido a los pueblos nativos de la región durante siglos.
“Si entra la minería, ¿qué vamos a hacer? No vamos a tener agua, no vamos a tener nada; ya vamos a perder la cultura”, dijo Flores de Callata.
Al mismo tiempo que el pueblo de Flores de Callata y miles más a lo largo del “triángulo del litio” han subsistido silenciosamente con la escasez de alimentos y agua que ofrecen sus tierras, el precio del litio se disparó en 2022.
Entre 2021 y 2023, el precio de una tonelada de litio en los mercados estadounidenses casi se triplicó, ubicándose en un máximo de 46.000 dólares la tonelada el año pasado, según un informe del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés). En China, el principal cliente del litio de la región, una tonelada de este metal se vendió por la enorme cantidad de 76.000 dólares en su punto máximo el año pasado.
Líderes, ejecutivos mineros y empresas de todo el mundo comenzaron a mirar hacia allá. Empezando por Estados Unidos y China, consideraron los desiertos áridos de la región como una fuente de riqueza y un motor para impulsar la transición a la energía verde.
En Estados Unidos, el presidente Joe Biden ha impulsado un cambio hacia fuentes de energía más sostenibles, como la eólica y la solar, y pretende que la mitad de todas las ventas de vehículos nuevos en Estados Unidos —aproximadamente 8 millones de automóviles al año— sean eléctricos para 2030. Todos requieren litio.
A fines de febrero, el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken subrayó la importancia del litio de Argentina en una visita al país sudamericano.
“Una (de las cosas) más importantes para nuestro futuro compartido —de hecho, una de las más importantes para todo el planeta— es la energía limpia”, dijo Blinken. “Argentina está lista para desempeñar un papel fundamental en la construcción de cadenas de suministro de minerales cruciales que impulsarán la economía del siglo XXI, en particular cosas como el litio”.
La elevada demanda impulsó la producción mundial de litio, pero en los últimos meses los precios han caído significativamente debido a un exceso de oferta del metal a corto plazo y a sobreestimaciones sobre las compras de vehículos eléctricos. Sin embargo, el consumo mundial de litio continua en aumento.
El “oro blanco” que buscan está contenido en los cientos de salares —planicies de sal— desperdigados por la región.
Desde lejos, parecen llanuras de nieve del Ártico, pero debajo hay profundos pozos de agua salada subterránea repleta de minerales. A diferencia de otras formas de minería, aquí el litio no se extrae de la roca, sino más bien de la salmuera bombeada desde los salares.
El problema es que las planicies de sal también forman una parte esencial de un ecosistema altamente biodiverso, dicen científicos como Ingrid Garcés, hidróloga de la Universidad de Antofagasta de Chile.
Si bien el agua de las lagunas no es potable, están ligadas a las fuentes de agua dulce circundantes, a las escasas lluvias y a los arroyos de montaña cercanos, esenciales para la supervivencia de miles de comunidades indígenas.
La preocupación de los científicos entrevistados por la AP es que el bombeo de agua a escala industrial contamina el agua dulce con la salmuera que bombean y de hecho seca el medio ambiente circundante. Dicen que ha producido efectos en cadena para la vida en la región en una época en que ya ha sido golpeada por la sequía inducida por el cambio climático.
“Estamos hablando de un ecosistema vivo, porque lo que estás extrayendo de este salar es agua. Y el agua es vida”, subrayó Garcés. “Tienes que entrar a pensar de que este un ecosistema en conjunto”.
Por su importancia ambiental, los salares y sus aguas circundantes se han ganado un sitio sagrado para las culturas indígenas, parte esencial de las celebraciones nativas durante todo el mes de agosto.
El pueblo de Flores de Callata es uno de los 38 que se encuentran cerca de dos de esos salares —la laguna de Guayatayoc y Salinas Grandes— que aportan ingresos a pueblos como el suyo mediante el turismo y la recolección de sal en pequeña escala.
Al inicio de un día cualquiera de trabajo, la familia de Flores de Callata hace una ofrenda a Pachamama, una deidad andina que representa a la Madre Tierra. Dentro de su corral de piedra para llamas y ovejas, cavan un hoyo en el suelo en el que entierran hojas de coca, que representan la vida, y un licor transparente que representa el agua.
Así como la cuenca abastecía al pueblo kolla, es fundamental para su cultura retribuirle a la tierra. Durante décadas, su conjunto de comunidades ha luchado contra la minería a gran escala y librado largas batallas jurídicas para detener proyectos.
Pero con cada año que pasa se torna más difícil defenderse de esas empresas mineras.
Más de 30 compañías solicitan oficialmente permiso para extraer el agua de los dos salares. Letreros puestos por la comunidad en las orillas de las planicies de sal piden a las empresas de litio que respeten el territorio y se vayan.
““Nosotros somos en la puna los guardianes", dijo Flores de Callata. "Nosotros cuidamos nuestras tierras, cuidamos nuestra patria.. Estoy preocupada para todo, no solamente para mí, sino para todo. Si el litio llega va a afectar toda la zona, y a todas las cuencas a la vuelta”.
Las cosas llegaron a un punto crítico el verano pasado cuando el gobierno local, ansioso por obtener ganancias de las minas, modificó su Constitución para facilitar la supresión de ciertos derechos territoriales indígenas y limitar la capacidad de protesta contra la expansión de la minería.
Alicia Chalabe —la abogada ambiental que representa a las comunidades— y otros argumentan que la medida infringe el derecho internacional.
Miles de indígenas estallaron en protesta, bloqueando carreteras utilizadas por las minas de litio y portando banderas indígenas de arco iris. La reacción de las autoridades hacia los manifestantes pacíficos estuvo marcada por represión violenta y arrestos arbitrarios, según grupos como Amnistía Internacional y Naciones Unidas. Sin embargo, se prevé que las protestas continúen.
“Es un conflicto doméstico que saben que están enmarcadas en un asunto global en donde hay una presión tremenda por la explotación de litio y la demanda de autos eléctricos”, dijo Chalabe. “Es global por la importancia que tiene el litio para el mundo... Pero a su vez esta resistencia que tienen las comunidades. No están solos”.
Las preocupaciones argentinas nacen en el vecino Chile, donde la minería de litio está en pleno vigor desde hace décadas en el desierto de Atacama, el lugar más seco de la Tierra.
Tubos negros gigantes que bombean agua salada subterránea corren como venas a través de la tierra blanca y agrietada del Salar de Atacama. Pasan junto a rugientes bulldozers amarillos y trabajadores con chalecos color naranja brillante.
La llanura alberga a las dos empresas de litio que operan en Chile: SQM y la estadounidense Albemarle.
“Yo creo que vivimos una crisis en la cual tenemos una advertencia grande, pero también tenemos soluciones y el litio representa una de las soluciones necesarias y fundamentales para electrificar el transporte”, dijo Valentín Barrera, portavoz de SQM, la mina de litio más grande de Chile. “Queremos crecer, entendiendo que es necesario para mitigar el cambio climático”.
Aquí, en la mina SQM, eso significa bombear al menos 1.280 litros de agua salada subterránea por segundo —entre 6 y 8 tinas de baño— según cifras de la mina. Los tubos convergen en hileras de piletas azules, verdes y amarillas, donde el agua llena de litio pasa de una pileta a otra.
El duro sol del desierto evapora el agua, y a menudo los fuertes vientos la expulsan del ecosistema, llevándola incluso hasta Brasil, dijo un funcionario de la mina. Debido al proceso de evaporación y a los vientos, casi no se puede reinyectar agua al suelo. Deja detrás sal y litio para ser procesados y utilizados por algunas de las empresas más grandes del mundo, como Tesla.
Mientras tanto, las comunidades circundantes han observado cómo sus tierras se marchitan.
Agricultores como Orlando Morales, de 62 años, quien vive cerca de las minas, se quejan de menores rendimientos de sus cultivos.
Los flamencos, que se alimentan de microorganismos dentro de la salmuera, han sido exterminados lentamente por la minería, según mostró un estudio de 2022. Sus huevos alguna vez formaron una parte crucial de la dieta local, y las aves aún son una parte destacada de las celebraciones indígenas.
Mientras tanto, pozos y lagunas junto a las minas rebosantes de agua dulce de color azul intenso se secaron. La hierba que solía comer el ganado de Morales ha desaparecido, dijo.
“Antes llovía más en esta zona, entonces hoy en día también casi no llueve. Entonces no sé si ustedes se dan cuenta los campos, todo seco”, dijo dijo Morales mientras su esposa atendía un sembradío de maíz. “Se pierde la tradición de los pueblos, se pierden las costumbres".
Al igual que en Argentina, la minería provocó oleadas de críticas y batallas judiciales a medida que los lugareños exigen tener voz sobre el destino de sus tierras.
En 2013, una inspección ambiental encontró que habían muerto un tercio de los algarrobos blancos —un árbol que se sabe que sobrevive en ambientes hostiles— cerca de la mina SQM. Muchos árboles más se marchitaban.
Una investigación realizada en 2016 encontró que SQM extrajo durante años consecutivos más agua subterránea de lo permitido legalmente, algo que, según las autoridades, puso en riesgo extremo la estabilidad del ecosistema. Posteriormente, SQM acusó a su vecino de hacer lo mismo. En 2022, se ordenó a SQM pagar 51,7 millones de dólares para corregir los daños causados por seis infracciones, entre ellas preocupaciones con respecto a la transparencia y contaminación de pozos de agua dulce.
Barrera, el vocero de SQM, no respondió directamente cuando se le preguntó si pueden afirmar categóricamente que no han dañado el medio ambiente.
“En base a esa información que tenemos disponible es que ‘no’ respecto a las condiciones basales; no ha existido un cambio fundamental sobre las condiciones del entorno, sobre todo el recurso en el fondo”, declaró.
Atribuyó los fallos judiciales y las críticas a la “desinformación”, y culpó a las minas de cobre estatales, que también consumen mucha agua. Posteriormente, el director de la mina agregó que el agua que las minas de litio bombean se rellena lentamente con la lluvia y el agua dulce de las montañas, una fuente de agua para las comunidades locales.
En Albemarle, la otra mina que ocupa la planicie, un portavoz insistió en que la salmuera que bombean “no es agua” porque no es potable.
Casi una docena de científicos que hablaron con The Associated Press explicaron que es casi inconcebible que el uso intensivo de agua no tenga un impacto ambiental.
Garcés, la hidróloga chilena, agregó que la extracción puede incluso acelerar los efectos del cambio climático.
“La Tierra se está calentando. Tú vas produciendo evaporación más rápido y por lo tanto menos tiempo”, señaló. “A través de esta industria se acelera este proceso de pérdida de agua”.
La minería de litio ha provocado también un auge económico en algunas partes de Chile.
Desde los orígenes del pueblo nativo atacama, generaciones de la familia de Ramón Torres guiaron su rebaño de cabras a lo largo de las colinas de Peine, un pueblo ubicado a la entrada de las llanuras de sal de Chile.
Cuando las empresas comenzaron a extraer litio en la década de 1980, Ramón Torres estuvo entre las personas que quiso participar. Trabajó en las piletas de colores, y pasó de subsistir como sus padres y abuelos a ahorrar.
Hoy se sienta en la terraza de su pequeña casa de ladrillos y navega en su teléfono inteligente, ambos adquiridos con el dinero que ganó en la mina. Camiones de color rojo cereza cargados con mineros pasan ruidosamente por su casa camino a un largo día de trabajo mientras el sol sale por la mañana.
“Hay un desarrollo, pero también está el tema del agua. Entonces se contradicen”, hizo notar. “Porque todo el mundo entero necesita plata, necesita recursos económicos, una salud, una educación”.
Esa misma tensión ha dividido a pueblos mineros como el suyo tanto en Chile como en Argentina: Los beneficios económicos del litio son innegables. La minería representa un enorme 62% de las exportaciones de Chile, una columna vertebral crucial para la economía del país.
El dinero que las minas han aportado se ha extendido por todo Peine. Ahora Torres trabaja en la construcción de casas que alquila a los trabajadores mineros que han llenado la región.
Las empresas anuncian proyectos de inversión en pueblos cercanos, promocionando clínicas dentales móviles y canchas de fútbol, supliendo en muchos sentidos la ausencia endémica del gobierno chileno.
Si bien la maleza y otras zonas verdes de las tierras circundantes se marchitaron hace mucho tiempo, el agua dulce todavía llega a Peine a través de canales artificiales y centros de agua construidos por las empresas, fluyendo desde pozos de agua dulce en los picos cercanos.
Las comunidades situadas más arriba en las montañas dicen que ahora también sienten los efectos, pero sin las comodidades que proporcionan las compañías.
Mientras tanto, los enfrentamientos jurídicos con las empresas mineras han sembrado tensiones en las comunidades indígenas. Tradiciones arraigadas como la ganadería y el trabajo comunitario compartido se han desvanecido. Las generaciones atacameñas más jóvenes abandonan sus pueblos, favoreciendo frecuentemente trabajos en el sector minero, y dejan a las comunidades indígenas con poblaciones más pequeñas.
Un informe de la ONU divulgado en 2020 decía que la minería ha consumido el 65% del agua alrededor del Salar de Atacama, “provocando el agotamiento de las aguas subterráneas, la contaminación del suelo y otras formas de degradación ambiental, lo que ha obligado a las comunidades locales a abandonar los asentamientos ancestrales”.
Los investigadores dicen que los peores efectos del bombeo actual podrían sentirse sólo más adelante.
"El fondo es que a futuro, ya cuando se termine el boom del litio, el tema de cuando se vayan las mineras, ¿qué va a pasar? ¿Qué va a ser de nosotros?”, dijo Torres. “La minería es lo único que nos queda”.
A medida que la minería de litio ha atraído una mayor atención mundial, el destino del agua en la región está cada vez más lejos del alcance de esas comunidades.
En abril del año pasado, el presidente progresista chileno Gabriel Boric anunció un plan destinado a compensar los impactos ambientales del sector del litio al impulsar el control gubernamental de las minas de este elemento químico.
Funcionarios del gobierno dijeron a la AP que un nuevo plan les permitiría regular mejor el uso del agua y distribuir la riqueza más allá de sólo unas pocas personas. Pero los planes provocaron indignación entre las comunidades indígenas, que dijeron que una vez más fueron marginadas de las negociaciones del gobierno con las minas.
La medida también tuvo el efecto adverso de empujar a las empresas mineras a invertir en la vecina Argentina, donde la explosión de la minería de litio apenas ha comenzado.
“En Argentina, (la decisión de Chile) es una oportunidad”, dijo Miguel Soler, secretario de Minería en Jujuy, en el norte de Argentina.
Las puertas para las empresas mineras también quedaron abiertas de par en par bajo el nuevo líder derechista y “anarcocapitalista” del país, Javier Milei, quien fue elegido en noviembre con base en su promesa de campaña de arreglar la economía en declive de su país.
El líder que empuña una motosierra ha anunciado una amplia campaña de desregulación, lo que reducirá los costos para las empresas mineras en un intento por atraer inversores en medio de una crisis económica cada vez más profunda. El ascenso de Milei al poder probablemente obstaculizará aún más las ya difíciles gestiones de las comunidades indígenas para hacer retroceder a las empresas mineras.
Si bien la cercana Bolivia cuenta con más litio que Chile y Argentina, sus reservas han permanecido en gran medida sin explotar.
Mientras tanto, la región también se ha convertido cada vez más en parte de un estira y afloja entre potencias globales como Estados Unidos y China, ya que ambos países buscan aprovechar sus grandes reservas de litio. El gobierno de Biden también ha tratado de contrarrestar la creciente influencia china en la región, y los funcionarios incluso afirman que la inversión china en el sector del litio es una amenaza a la democracia.
Mientras tanto, para Irene Leonor Flores de Callata y su pequeño pueblo de Tusaquillas, el creciente interés por su hogar representa otro escenario de pesadilla.
Observa las extensas planicies de los salares y el agua que ha dado vida a su tierra árida.
Observa su pequeño corral de ganado al que ha conducido durante décadas a través del desierto.
Y Flores de Callata mira la vivienda de adobe que ella y su esposo construyeron de la nada, donde ahora sus nietos la abrazan de camino a casa de regreso de la escuela.
Se pregunta qué quedará dentro de 20 años.
“Si viene la minería, va a ser así. Por un tiempo vamos a estar con plata. Y ya nuestros nietos, bisnietos que vienen, ellos van a sufrir”, manifestó. “Quiero hacer todo lo posible para defender el campo, que tengan su pasto, que tengan sus agüitas”.
 
 
 
 
 
‘EL PERUANO’ SE HA CONVERTIDO EN EL MÁXIMO CAPO DE LA COCAÍNA EN ARGENTINA: “SOY UNA PERSONA CON EDUCACIÓN”
 
Julio Andrés Rodríguez Granthon dejó el Perú en el 2017 a los 24 años solo con un delito en su haber: conducir en estado de ebriedad. Desde entonces, se ha eregido como uno de los principales narcotraficantes en el país vecino.
 
Infobae de Argentina (https://acortar.link/bJ7Pdx)
 
En solo un par de años, Julio Andrés Rodríguez Granthon se hizo de un nombre y estatus en el mundo criminal de Argentina, en donde lo conocen como ‘El Peruano’. Gracias a la forma en la que se desenvuelve, y la violencia con la que actúa, no solo se ha ganado el respeto de los delincuentes, sino que es considerado el máximo capo de la cocaína en Rosario.
Rodríguez Granthon nació el año 1993 en la provincia constitucional del Callao, lugar al que le guarda mucha estima, y se refiere con cariño, debido a que muchas veces la droga sale desde sus puertos, mientras que en otras ocasiones debe hacer una larga ruta en avión.
“La cocaína se trae justamente del país de donde provengo por medio de una avioneta. De Perú hacen escala en Bolivia, de Bolivia hacen escala en Paraguay”, narró ‘El Peruano’ al diario Clarín.
El accionar delictivo en Rodríguez Granthon recién despertó hace poco. El punto de quiebre fue cuando dejó Perú en el 2017. Por ese entonces, a sus 24 años, llegó a la tierra del mate y el tango solo con un delito en su haber: conducir en estado de ebriedad, de acuerdo al registro del Poder Judicial.
Desde entonces, cada paso que dio lo ayudó a consolidarse como la persona que mueve la mayor cantidad de droga en la ciudad que vio nacer a Lionel Messi. Empezó como vendedor de cocaína y marihuana en las calles de la provincia de Corrientes hasta convertirse en todo un personaje del hampa.
Ahora, a sus 31 años, se encuentra recluido en el penal Marcos Paz, de Buenos Aires, debido a que fue sentenciado a 21 años de prisión por homicidio y tráfico ilícito de drogas. Sin embargo, su cautiverio no ha frenado sus actividades delictivas.
Dentro del centro penitenciario ha montado todo su centro de operaciones para no detener sus ingresos, los cuales ascienden a los 400 mil dólares al mes. Este es el motivo por el que fue calificado como un “interno de alto riesgo” por las autoridades.
Pese a que se describe como una persona analítica y estratega, desde su círculo interno dieron a conocer que es una persona sumamente violenta y que muchas de sus decisiones son influenciadas por su ira.