Tuesday, May 09, 2006

IZQUIERDA V. IZQUIERDA, LA PUJA QUE DIVIDE A LA REGIÓN

TENSOS MOMENTOS EN MANIFESTACIÓN CONTRA CONSULTA

Entidades llaman a votar desde de la información y no del vago conocimiento que tiene la comunidad respecto al tema, principalmente de integración entre países vecinos.

La Estrella de Arica, Chile (www.estrellaarica.cl)

Momentos de alta tensión se vivieron en pleno paseo 21 de Mayo, en instantes que agrupaciones aymaras y dirigentes comunistas manifestaron su desacuerdo con la consulta ciudadana organizada por la municipalidad de Arica.
Esta iniciativa comenzó como un acto totalmente pacífico en los puntos establecidos como mesas receptoras de opiniones. Sin embargo, la presencia de dichos grupos y sus planteamientos provocaron la concentración de transeúntes, con quienes entablaron un encendido debate.
Según manifestó Hortencia Hidalgo perteneciente al Consejo Autónomo Aymara "este plebiscito es una reacción propia del fascismo chileno y racista que pretende mantener y aumentar la enemistad entre los pueblo y culturas indígenas".
Cristian Báez, coordinador general de "Rompiendo Fronteras", aseveró que "estamos en desacuerdo con el accionar y la forma en la cual se está desarrollando la encuesta, ya que la ciudadanía se encuentra opinando de manera totalmente desinformada".
El punto más candente se vivió en la mesa dispuesta en la intersección de 21 de Mayo con Bolognesi, donde transeúntes se enfrentaron con el dirigente del Partido Comunista, Carlos Casanueva, situación que reunió cada vez más gente discutiendo infinidades de temas que trascendieron el que provocaba la manifestación, llegando a las ofensas personales. "A nosotros en Santiago nos conocen por la cocaína y no por otra cosa, nos tachan de indios porque no nos ponemos de acuerdo en este tipo de cosas y tú contribuyes con esto", encaró un transeúnte al dirigente comunista.
La situación amenazaba con salirse de control en cualquier momento, lo que se observó también en otra mesa del paseo peatonal, la cual terminó con la intervención de Carabineros por entorpecer el normal curso de dicha vía.
Finalmente Hortencia Hidalgo agregó que no se descartan manifestaciones frente al problema, con el apoyo de representantes de otras etnias, como Aucán Huilcamán.




FIRMARÁN CONVENIO PARA REACTIVAR FERROCARRIL

El trámite permitirá apurar la reanudación de la actividad de ese medio de transporte a través de las reparaciones en la vía férrea

La Estrella de Arica, Chile (www.estrellaarica.cl)

Nuevos bríos comienzan a gestarse en el lento proceso de reactivación del Ferrocarril Arica La Paz, que ya cumple su séptimo mes de inactividad, después de que la administradora- de capitales bolivianos- que tenía a cargo la concesión solicitara la quiebra.
La próxima semana o a más tardar a fines de mayo, la Empresa Portuaria Arica (EPA) -que asumirá el control- se reunirá con la Empresa de Ferrocarriles del Estado (EFE) con el fin de firmar un convenio tipo mandato el cual permitirá tomar dos acciones en el corto plazo.
Una será que la EPA, a partir de ese convenio, podrá tener a cargo la administración del FCALP. Además se podrán realizar las reparaciones pertinentes en la vía, con el fin de poder bajar 37 carros -todos cargados con concentrados de minerales- que se encuentran detenidos en la estación de Puquios desde noviembre de 2005, que son propiedad de empresarios bolivianos.
Estas acciones fueron confirmadas por el gerente de EPA, Mario Moya, quien ratificó que este jueves se reunirá el directorio de EFE, con el fin de coordinar las gestiones para la firma del convenio.
AGILIDAD
Este trámite acelerará la reactivación, mientras se materializa el traspaso definitivo de todos los activos de EFE a la empresa portuaria, el cual podría durar hasta 8 meses.
A juicio de Moya, lo que se deberá emprender será un trabajo paralelo en que se desarrollarán dos llamados a licitación: uno para la reparación de las vías y otro para concesionar el Ferrocarril nuevamente. "Esos serán dos primeros pasos importantes después del convenio de mandato".
Los plazos para ejecutar ambas iniciativas aún no están definidos, pues Moya ratificó que no hay que aventurarse a dar proyecciones, mientras no se firme el documento que permitirá ejecutar las acciones.
"Después de la firma se entregará un programa oficial con las actividades que se van a realizar".
La empresa Icil Icafal en diciembre pasado ya dio el diagnóstico de las reparaciones que sería cercano a 4,5 millones de dólares.
"Una vez que a la EPA se le entregue la administración se podrá llamar a licitación para hacer la reparación", confirmó Moya.
OTROS PROCESOS
En tanto, se tiene previsto otro remate de bienes, producto de la quiebra de la administradora. La subasta efectuada el pasado 29 de abril arrojó un total de 24 millones 764 mil 200 pesos.
El síndico de la quiebra, Daniel Gallo, ayer no pudo confirmar la fecha del segundo remate en que se fijarían precios más bajos por parte de la junta de acreedores para los enseres restantes.
Paralelamente, la EFE ha iniciado un llamado a licitación con fines turísticos de la estación Central, de una superficie de más de 221 mil metros cuadrados. La empresa no ha querido entregar mayores detalles de ese proceso.
Sin embargo, se pudo constatar que entre los lotes a licitar se encuentran viviendas de los trabajadores ferroviarios, cancha de fútbol, multicancha e incluso el retén de Carabineros.




ORPIS REPUDIÓ ACCIONAR DEL GOBIERNO CON COMITIVA BOLIVIANA

La Estrella de Iquique, Chile (www.estrellaiquique.cl)

Una minuciosa investigación solicitó el senador Jaime Orpis por el impasse que sufrieron autoridades bolivianas durante la finalización de la Caravana de la Integración, que debió retrasar su llegada a Iquique por la no habilitación del Hito 52.
Orpis realizó un completo seguimiento de las solicitudes emanadas desde la alcaldía de Iquique al ministerio del Interior y posteriormente a la Dirección de Fronteras y Límites, Difrol.
El senador tiene en su poder un proceso que comenzó el 27 de abril con una carta del presidente del Senado de Bolivia, Santos Ramírez Valverde, en el que el parlamentario altiplánico invitaba al alcalde Jorge Soria y sus concejales a la Caravana de la Integración, entre Sucre, Potosí, Uyuni e Iquique. El documento fue enviado con carácter de urgente.
El senador informó que el 28 de abril el alcalde subrogante de Iquique, Marco Pérez Barría, le informa a la directora nacional de Frontera y Límites, María Teresa Infante, sobre esta actividad y le señala expresamente que esto lo organiza el presidente del senado de Bolivia, y el mismo día 28 a través del fax Nº 183-06, la directora Infante le comunica a una serie de autoridades. "La habilitación de este paso se solicitó con anterioridad y las autoridades regionales lo sabían; si no es así hay un tema de desinformación muy grande", sentencia Jaime Orpis, quien agregó que la Difrol, el subsecretario del Interior y la intendenta de Tarapacá estaban al tanto de la actividad que se concretaría el pasado 8 de mayo.
Para el senador las actividades de integración son "primordiales" entre los países vecinos, por lo que repudió el accionar gubernamental con los participantes de esta caravana.
"A mi me parece que todo tema de integración debe ser tratado con mucho cuidado. Cuando hablamos del presidente del Senado de Bolivia, estamos hablando de la segunda autoridad del país", enfatizó el integrante del senado nacional. De esta manera, con los antecedentes expuestos se inició una investigación para establecer responsabilidades en el hecho.




Opinión:

AVISO PARA NAVEGANTES EN BOLIVIA
Diario Cinco Días de España (www.cincodias.com)

Invertir en Bolivia es un riesgo que corrían Repsol y las demás empresas extranjeras que lo han hecho en el país. Bolivia no es un país estable, es un país pobre, atrasado y dual, con unas élites ricas y poderosas y una masa de campesinos indígenas que viven a niveles de subsistencia, cuando no caen por debajo de ellos. Una sociedad así no puede ser estable a largo plazo ni ofrecer seguridad para los negocios modernos.
Las empresas españolas que invirtieron en países con estas características ya estaban advertidas. Lo que pasa es que los altos ejecutivos tienden a desoír los análisis descarnados y realistas de algunos expertos, que no venden buenas palabras sino análisis objetivos, como amenazas de agoreros o cantinela ideológica de gentes de izquierda. Pero la realidad acaba imponiéndose sobre las buenas palabras -y quizás las expectativas- de los bancos de inversión (los cuales con pesimismo no hacen negocio) y del FMI, que otorgan un valor casi total, y a todas luces indebido, a las declaraciones de intenciones de unas élites corruptas, que hablan inglés y conocen el lenguaje que agrada a los árbitros de la finanzas internacionales. Las empresas se lo creen y pican. Ya se lo habíamos avisado: con tanta pobreza de las masas cohabitando con una insultante riqueza de las élites no puede haber paz social ni un ambiente sereno y durable para los negocios.
Repsol corrió el riesgo y está pagando las consecuencias. La pobreza de las masas y la desigualdad rampante ofrecía un caldo de cultivo para el comunismo, y ofrece ahora, cuando las masas ya no creen en revoluciones comunistas, un ambiente propicio para los caudillos elegidos democráticamente, nacionalistas, antiglobalistas, salvadores de la patria, como es Hugo Chávez, Evo Morales, Ollanta Humala y los otros que proliferarán a imagen y semejanza de éstos.
Debieran ver las flamantes multinacionales españolas que pueblan el paisaje de América Latina que si no contribuyen a desactivar la frustración acumulada en estos últimos 30 años de fórmulas neoliberales van a ver aumentar los riesgos políticos en que tendrán que operar. No lo tienen fácil y quizás no puedan hacer mucho. Pero, por lo menos, tendrían que evaluar mejor la situación en que realmente se encuentran para poder calcular mejor los riesgos a largo plazo que están tomando.
En España, muchos se alegrarían de que se cumplieran las profecías que hacen los entendidos acerca de las nefastas consecuencias que la nacionalización del gas natural va a tener en Bolivia. Indignados por el atrevimiento de unos gobernantes tercermundistas a nacionalizar una de nuestras multinacionales estrella, se alegrarían de que los bolivianos, incluso ayudados por técnicos venezolanos, no fueran capaces de manejar adecuadamente la explotación de las plantas e instalaciones de producción y conseguir niveles de rendimiento semejantes a los que estaban consiguiendo las compañías expropiadas. Triste alegría sería ésta. Porque la pagarían los pobres, ese 64% de la población boliviana que vive por debajo del límite de la pobreza.
Visto objetivamente, el futuro de Bolivia no es más luminoso después de la nacionalización. El petróleo ya se ha nacionalizado dos veces y el estaño, la principal riqueza mineral de Bolivia, también. La suerte de las mayorías pobres no cambió nada después de esas nacionalizaciones. Los Gobiernos de la época mejoraron sus ingresos los primeros años, pero poco a poco la riqueza extraída de los pozos y las minas nacionalizadas siguió su camino natural (en una sociedad dual) hacia las cuentas en el extranjero de las élites y de los funcionarios corruptos. Quizás ahora sea diferente, pero hay mucho temor de que la historia se repita.
En realidad, tendríamos que alegrarnos de que las cosas le salgan bien a Bolivia, de que la nacionalización sea un éxito y los ingresos adicionales que le llegarán al Gobierno boliviano le sirvan para reducir la carga de la deuda y emprender grandes inversiones en el medio rural en vivienda, sanidad, educación, agua potable, caminos y carreteras y todo lo demás de que carecen. El coste de oportunidad de estas mejoras para las empresas europeas y para nuestro Repsol estaría entonces bien justificado.
Lo que menos nos gustaría es que, además de que nuestras empresas pierdan, perdieran también los pobres de Bolivia y se enriquecieran gobernantes corruptos, que han subido al poder y al control de los recursos naturales del país con la promesa de cambiar la suerte -la secular mala suerte- de sus votantes. Entonces la nacionalización sería para Bolivia un juego de suma negativa, en el que todos los participantes legítimos perderían: las multinacionales extranjeras y los pobres nacionales.




Opinión:

LA EDUCACIÓN DE EVO MORALES

ABC de España (www.abc.es)

La semana pasada, mientras viajaba por todo el país, pregunté a muchos bolivianos cómo es Evo Morales. «Feroz y mimético», respondió, sin pensárselo mucho, el escritor Juan Claudio Lechín, hijo de Juan Lechín, legendario sindicalista y dirigente histórico del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR). Juan Claudio conoce a todo el mundo y es una de las pocas inteligencias «equidistantes» que es posible hallar en la Bolivia actual.
Basta ir a ver Orinoca -se explica- para comprender cuán feroz y, a la vez, cuán calculadamente mimética ha debido ser la carrera política de un hijo de paupérrimos recolectores aymaras para poder alzarse con la Presidencia de la República de un país tan rabiosamente racista como Bolivia.
Hace sólo veinte años, Bolivia atravesaba una de las crisis más graves de toda su historia. La hiperinflación alcanzó el 25.000 por ciento a fines de aquel año, el precio del estaño andaba por los suelos y el salario mínimo nacional era de siete dólares.
«Bolivia se nos muere», dijo el presidente Víctor Paz Estenssoro al tiempo que promulgaba un decreto que dio forma a una nueva era político-económica que puso fin al «estado sindical mestizo» que el propio Paz Estenssoro había contribuido a crear con la revolución de 1952. En virtud de aquel drástico decreto (conocido como el 21060), en pocos años Bolivia se convirtió en el ejemplo más citado por la ortodoxia neoliberal en América Latina.
Uno de los efectos del 21060 fue demográfico: más de 36.000 mineros fueron echados a la calle con la clausura definitiva de las minas, hasta entonces propiedad del Estado. Gran parte de ellos se «reconvirtió» en campesinado; la diáspora minera llevó a muchos a la región cocalera de El Chapare.
Uno de estos «colonizadores», como dio en llamárseles, fue Filemón Escóbar, un aguerrido ex-sindicalista minero, militante trotskista, quien inmediatamente dio en organizar a los cultivadores de hoja de coca que ahora se veían víctimas de la llamada «ley 1008», aún en vigor, y que hace obligatoria la erradicación del cultivo como parte de acuerdos entre Estados Unidos y el gobierno boliviano.
Quizá sean Bolivia y Canadá los únicos países de este continente donde el trotskismo llegó a ser, en el terreno de los hechos sindicales, y no en minúsculas tertulias intelectuales, una verdadera fuerza política. Escobar, fiel a la tradición trotskista del hoy venido a menos Partido Obrero Revolucionario (POR), fundado por su medio hermano, el influyente intelectual Guillermo Lora, «captó» para el movimento sindical cocalero a un despabilado chico venido de la región de Oruro que sólo aspiraba a hacerse futbolista profesional: Evo Morales.
Evo era, en efecto, hijo de paupérrimos campesinos aymaras. Hoy la palabra campesino, que desde 1952, arropaba a todo el mundo indígena, no está ya de moda. Se prefiere la voz «originario».
Un estudio hecho en 2004 confirmó los paradójicos resultados del censo de 2001: dos tercios de los bolivianos se consideran parte de algún «grupo originario». Pero, al preguntárseles de qué raza son, el 61 por ciento de los bolivianos responde que «mestizos» y sólo el 16 por ciento dice que «indígenas».Evo Morales no habría mentido de haberse declarado parte del 61 por ciento mestizo. El primer presidente «indígena» en la historia del continente no habla ni aymara ni quechua sino una lengua franca: el español.
Luego de la caída del muro de Berlín, la bancarrota de una izquierda que había perdido su referente mayor, la URSS, no tuvo más camino que «despertar» a una diversidad étnico-cultural que la mayoría se había acostumbrado a registrar como mera curiosidad folclórica. Ya no se hablaría más de «movimientos sindicales» (puramente clasistas), sino de «movimientos sociales» (primordialmente étnicos y no de clase).
No es casual que surgiese en la Bolivia de los años 90 una guerrilla explícitamente indigenista. De ella saldría el actual vicepresidente Alvaro García Linera, el segundo «mentor» con que Evo Morales topó en la vida. Ser cochabambino, de clase media, educado en un irreprochable colegio católico, matemático, con un doctorado en la UNAM mexicana, una pasantía en la guerrilla «indigenista» de Felipe Quispe y cuatro años de prisión por rebelión militar conforma su hoja de servicios.
Cuando escribe, el post-izquierdista García Linera articula sus ideas indigenistas con un inexorable método que es, a partes iguales, cartesiano y agitador de consignas «altermundistas». A García Linera se le tiene por el cerebro de una brillante campaña electoral que procuró no espantar a la clase media. Tienes modales palaciegos y dice, al hablar de sí mismo, que es «el último jacobino». Para ser el teórico de la «nueva era indigenista» de la política boliviana que unifica a los «originarios» -cambas, collas, quechuas , aymaras y guaraníes-, García Linera se sirve sin melindres de una imbatible ventaja en este país racista: el «segundo» de Evo es un blanco.


Andrés Oppenheimer

IZQUIERDA V. IZQUIERDA, LA PUJA QUE DIVIDE A LA REGIÓN

La Nación de Argentina (www.lanacion.com.ar)

Contrariamente a la creencia generalizada de que hay un tsunami izquierdista en América latina, que se está levantando en bloque contra Washington y el libre mercado, lo que estamos viendo en la región es un enfrentamiento muy diferente: la izquierda contra la izquierda. Fíjense en los titulares. La semana pasada, el presidente boliviano, el socialista Evo Morales, nacionalizó la industria de gas natural, ocupando con tropas 56 instalaciones de compañías extranjeras. La medida fue aplaudida en Bolivia, pero molestó a tres gobiernos de centro-izquierda que tienen un rol determinante para el futuro de Bolivia: Brasil, la Argentina y España.
Ocurre que la compañía petrolera estatal de Brasil, Petrobras, que ha invertido US$ 1500 millones en Bolivia y que es la principal inversionista extranjera en ese país, y la hispano-argentina Repsol YPF son las mayores perjudicadas por la medida de Morales.
El 60% de las importaciones de gas en Brasil proviene de Bolivia, lo que ha creado una ola de críticas internas contra el gobierno brasileño, por supuestamente no haber reaccionado más enérgicamente contra la medida boliviana. El tema podría afectar al presidente Luiz Inacio Lula da Silva en las elecciones presidenciales de octubre próximo.
Días antes, el presidente de Venezuela, el socialista Hugo Chávez, dijo del candidato centroizquierdista peruano Alan García que era un sinvergüenza, un ladrón corrupto y un bandido, y amenazó con retirar a su embajador en Perú si García gana la segunda vuelta electoral del 4 de junio contra el ex militar izquierdista nacionalista Ollanta Humala, que ha sido apoyado públicamente por Chávez.
García, que había criticado a Chávez antes por arremeter contra el derecho de Perú de firmar un acuerdo de libre comercio con Washington, respondió que Chávez es un entrometido que habla bajo los efectos del alcohol y calificó a Humala de pupilo de Chávez. Humala, a su vez, empezó a tratar de tomar distancia de Chávez, quien de todos modos terminó retirando a su embajador de Perú.
Mientras tanto, el gobierno de centroizquierda de la Argentina, que había festejado la victoria electoral del izquierdista Tabaré Vázquez en Uruguay, en 2004, presentó el jueves una demanda en contra de Uruguay en la Corte Internacional de Justicia en La Haya, por una disputa en torno de la construcción de dos fábricas de papel en el lado uruguayo de la frontera.
La Argentina dice que las papeleras -que representan una inversión de US$ 1800 millones, la mayor en la historia de Uruguay- son contaminantes. Uruguay lo niega, citando reportes del Banco Mundial según los cuales el proyecto es ecológicamente sano y señalando que los cortes de puentes por parte de manifestantes argentinos ya le han costado a Uruguay unos $ 400 millones.
Sólo el principio
Mientras el presidente argentino lideraba una protesta del lado argentino de la frontera, el presidente uruguayo decía a los periodistas en Washington que el Mercosur en su estado actual ya no sirve a los intereses de su país y que Uruguay explorará la posibilidad de negociar un acuerdo comercial con Estados Unidos para ampliar su acceso al mercado.
Y es probable que estas disputas sean sólo el principio. La nueva ley boliviana de permitir mayores cultivos de coca tarde o temprano resultará en mayores envíos de cocaína a Brasil, que ya es el segundo mayor consumidor de esa droga del mundo, lo que pondrá aún más a prueba las relaciones entre ambos países. Y no sería de extrañar que las crecientes compras de armas del gobierno socialista de Chile generen fuertes reacciones de quien sea el ganador de las elecciones en Perú.
Mi conclusión: la próxima vez que escuchen a alguien hablar de "la ola izquierdista" en América latina, tómenlo con pinzas. Lo que hay en la región es una colección de países muy distintos, que defienden cada uno sus intereses nacionales, como siempre lo ha sido y como siempre lo será.
Lo más irónico de las diatribas de Chávez contra Perú, Colombia, y otros países por haber firmado tratados de libre comercio con "el imperio" es que la propia Venezuela está aumentando su comercio con Estados Unidos a cifras sin precedente.
Según las últimas cifras del Departamento de Comercio de Estados Unidos, las exportaciones de Venezuela a ese país se dispararon de US$ 15.200 millones en 2001 a US$ 34.000 millones en 2005. Y no se trata sólo de petróleo: las exportaciones venezolanas de hierro, acero y vehículos al mercado norteamericano se han disparado en los últimos cuatro años.
Asimismo, las importaciones venezolanas de Estados Unidos crecieron de $ 5600 millones a $ 6400 millones en el mismo período, encabezadas por compras de maquinaria, vehículos, lentes y cereales. Lo que significa que mientras el presidente narcisista-leninista de Venezuela pregona el antiimperialismo a los demás, está aumentando como nunca su propio comercio con "el imperio".




HOY + MAÑANA:

EL DERECHO A LA NACIONALIZACIÓN

Los cálculos económicos y la defensa de un modelo no pueden llevar a los gobiernos a enfocarse sólo en la fría defensa de las inversiones en suelo boliviano.

La Nación de Chile (www.lanacion.cl)

La decisión soberana de Bolivia de nacionalizar sus hidrocarburos significó un revés para algunos de los supuestos aliados o protectores de Evo Morales en la región y también fuera de ella, que abrigaban la esperanza de que el gobernante indígena transitara por la senda de la socialdemocracia y no de la izquierda más radical. El ministro de Relaciones Exteriores chileno se apresuró -a 24 horas de anunciada la medida- a opinar que La Paz ponía así en cuestión los esquemas de integración de América Latina. El seco “Yo pienso que no” del canciller David Choquehuanca hizo recoger cañuela a Santiago y tanto la Presidenta Bachelet como Foxley debieron enfatizar que no les correspondía opinar sobre lo que el vecino hace en su territorio.
Ambos se salieron así de una correa deslizante que los podía llevar a un reproducido e ingrato enfrentamiento con las nuevas autoridades bolivianas y con la enorme mayoría ciudadana que las respaldan. Es mejor quedarse con la calidez de los gestos que han marcado la relación de Evo con Lagos, primero, y Bachelet enseguida, trabajando en el marco de una agenda sin exclusiones, pero también sin presiones. Que Brasilia, Madrid y Buenos Aires le digan lo que tienen que decirle al Presidente Morales sin agregar más combustible -que combustible Chile no tiene-, sustrayéndose de una polémica sobre inversiones, precios y abastecimiento en la que el país no puede tener una palabra protagónica. Los que sí la tienen se reunieron de urgencia en la cumbre de los Cuatro en Iguazú, con Hugo Chávez cumpliendo un doble rol de padrino y mediador. Bachelet deberá esperar hasta el encuentro eurolatinoamericano de esta semana en Viena para decir lo suyo.
El aprovisionamiento energético no debe verse necesariamente afectado por la nacionalización boliviana de las fuentes. Los efectos colaterales de la medida provendrán más bien del resultado de las negociaciones que las empresas involucradas -con el mayor o menor respaldo de sus respectivos gobiernos- puedan finiquitar. El tablero político-económico e incluso geopolítico en la región ha sufrido un vuelco (no más precios “solidarios” de Bolivia a Brasil y Argentina de un ¡tercio del valor de mercado!) y las partidas simultáneas que se jueguen sobre él pueden dar impensados resultados. Desde luego, La Paz ya fue invitada a incorporarse al anillo energético propiciado por Caracas, Brasilia y Buenos Aires, después de participar en iniciativas provocadoras como el Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas) y los tratados de comercio de los pueblos.
Estas vienen a plantearse como caminos distintos a los esquemas tradicionales de integración, hoy en plena crisis: la Comunidad Andina de Naciones, con Venezuela y Bolivia a un tris de salirse; el Mercosur, con Uruguay denunciando las asimetrías y carencias de una unión apenas aduanera, y la Comunidad Sudamericana de Naciones, un proyecto crispado por los afanes hegemónicos de tres de sus convocantes. Es en ese cuadro que Foxley situó sus aprensiones frente a la “bolivianización” de los hidrocarburos, sólo que la “desintegración” ya estaba en pleno desarrollo; la medida, claro, contiene un efecto catalizador y la diplomacia chilena posee motivos para preocuparse, sólo que no emitiendo declaraciones que a lo menos pueden resultar inoportunas.
Los españoles pusieron el acento en “las formas” con que Morales ejecutó su “decretazo”, incluyendo la ocupación de las instalaciones por tropas militares. El Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero tendrá que decidir si le interesa cuidar las formas políticas ante un “hermano” socialista que, como indoamericano, representa emblemáticamente a una región que fue colonizada por la metrópolis hispana. El PSOE seguramente tendrá en su seno una discusión sobre cómo conjugar sus valores ideológicos y su sentido de la historia con la defensa de las inversiones de la empresa Repsol-YPF, de capitales españoles y argentinos.
En Sudamérica es Lula da Silva el que acusa un duro golpe a su capacidad de liderazgo regional. El vio con simpatía la candidatura presidencial de Evo y quiso encarrilar su triunfo por la senda “realista y moderada”, terció por él ante la Casa Blanca, como también trató de hacerlo en sus momentos por Chávez ante el palacio Nariño de Bogotá y la Casa Rosada ocupada por Kirchner. Frente al avance impetuoso, impulsado por el chorro petrolero, del líder venezolano, Lula dejó de ser también un referente para la izquierda continental, partiendo por la de su país. Algunos dirigentes que ya no están con él, como el profesor y periodista Luis Renato Martins, de la Universidad de Sao Paulo, consideran, sin embargo, que esta vez su actitud fue loable.
“Lula engañó y frustró las expectativas de cambio de sus electores -nos dijo Martins desde Brasil-, haciendo un Gobierno integralmente aliado con el gran capital y montando una gigantesca máquina de corrupción. Pero se vio forzado por los hechos a reconocer que estaba ante una decisión política consolidada por un proceso social colectivo. Recuérdese que aquí la nacionalización de las riquezas mineras data de 1953 y fue mantenida en la Constitución de 1988, a pesar de los muchos intentos de los neoliberales -Cardoso incluido- de reprivatizarlas”.
La evocación de las nacionalizaciones es otro de los factores que saltó al tapete, no como añoranzas de tiempos idos, sino por sus efectos beneficiosos para la economía actual -caso de Chile- o por las potencialidades que ofrece a países como Argentina, donde una encuesta publicada ayer revela que 74% de los consultados se inclina por la nacionalización energética. De todos modos, el acto boliviano no es una nacionalización a la manera de los ’60 o ’70, y así lo hizo ver la izquierda boliviana más radical. El mismo Evo puntualizó que -al poner en ejecución una ley plebiscitada- no confiscó los bienes de las empresas, sino los hidrocarburos en boca de pozo, su explotación y comercialización. Si las empresas se quedan -dijo- , 82% de las regalías será para el Estado boliviano y 18% para aquellas, con lo que ganan todavía.
En cuanto a Chile, Morales aseguró que no revalidará la desdorosa oferta de sus predecesores de “gas por mar”, pero abrió la puerta de exportarlo hacia él en la medida que se vayan resolviendo los problemas históricos, entiéndase salida al océano. Nada que Santiago no haya previsto, pero una oportunidad para sacar consecuencias para el país del remezón en el escenario regional que vino desde La Paz. Un golpe que no es sino la reivindicación del derecho de un pueblo a buscar la mejor manera de salir de la miseria y la precariedad.




Desde España

BOLIVIA Y LA PSICOLOGÍA DE GRUPO

Argenpress de Argentina (www.argenpress.info)

Es ley de psicología social que el grupo tiene espíritu y pensamiento propios independientes de los de cada uno de sus componentes. Las determinaciones del grupo no tienen mucho y a menudo nada que ver con las que tomaría cada individuo por separado en similar situación. Esto vale para hordas, masas, familias, sociedades, empresas, partidos políticos, religiones y naciones. Por eso quizá nos desesperamos un día sí y otro también viendo cómo los disparates que sistemáticamente cometen los 'grupos', hacen trizas cualquier criterio coherente, razonable y ponderado sostenido por un individuo 'normal' a solas. Cómo, ateniéndonos al caso que nos ocupa, en las relaciones entre España y Latinoamérica hay dos velocidades o tempos musicales: la frenética -allegro- española que lo arrolla todo impulsada por la glotonería neoliberal de influjo norteamericano y pragmatismo anglosajón, y la de los países sudamericanos, atemperada -moderato- que aunque sólo sea por la punción sentida desde tiempo inmemorial por el imperialismo primero español y luego británico y luego estadounidense, sigue sintiendo en sus carnes mucho más vivamente la necesidad de seguir abrazando los valores del humanismo y de su emancipación total aún pendiente, que la de cotizar con éxito en las Bolsas de Valores del Mundo...
Todos los grupos enumerados tienen intereses y objetivos comunes. Y si se encuentran en el trance de tener que defenderlos, ese espíritu y determinación ante un riesgo de pérdida pueden ir desde el puro desestimiento, hasta el crimen y el genocidio. Por estas dos últimas es por lo que optó la miserable política exterior yanqui tantas veces cuando ha visto 'peligrar' sus conveniencias imperiales. Luego, hay posibilidades intermedias. La misma gama que como opción se le puede presentar a cualquier individuo en su desenvolvimiento personal y relacionado con el grupo.
Ahora bien, cuando se habla de intereses las sociedades occidentales ya saben a qué se refieren: siempre materiales, estratégicos, económicos y financieros. Quedan excluidos automáticamente los 'morales', los relacionados con la dignidad, con la autoestima en tanto que grupo o sociedad, etc. Por eso, lo primero que hemos de saber cuando leemos o escuchamos a una persona es si sigue siendo ella misma, con su cuadro de referencias nobles intacto heredado, o ha sido engullido por el espíritu del “grupo”. Pues esto último es lo que le sucede a todo político, a todo 'ejecutivo', a todo 'interesado', y especialmente los de países que se supone conquistaron hace mucho tiempo su absoluta libertad. Y por eso las disonancias son harto frecuentes entre lo que piensa el individuo independiente y lo que decide quien representa al grupo. Esto se aprecia sobre todo en cuanto se sale de la rutina. Y en cuanto al espíritu 'español', infectado irreversiblemente del más extremo materialismo, es cada vez más difícil -en política internacional principalmente- asistir a gestos que fueron tenidos inveteradamente como 'razonables', 'dignos', 'nobles' y 'justos'. Por algo decía Marx que la política es una mera superestructura cambiante de lo económico. En España 'lo económico 'ya ni siquiera es otra superestructura: con la mediática de apoyo, 'lo económico' es la superestructura por antonomasia. Todo se rinde a ella. Los tres pilares sobre los que se sustenta son precisamente: petróleo, automóvil y construcción/deconstrucción. Todo lo demás o es vicario o pertenece a la llamada economía casi, casi de subsistencia.
Pues bien, en Latinoamérica, aunque las fuerzas que pugnan allí son naturalmente también las mismas que las de todo ser humano ordinario consigo mismo y frente a la sociedad, y exacerbadamente las que se desencadenan en el orbe del capitalismo atroz, aún siguen muy vivas las otras. Aún siguen muy activas las que empujan hacia la autoestima, hacia la identidad, hacia el rechazo de la explotación de las personas, de los países y de los recursos de éstos por 'otros'. Curiosamente por los tiempos que corremos en Europa, la misma fuerza que en España emergió relacionando desmedidamente nada menos que el 'orgullo nacional' con la 'defensa' de la Isla Perejil frente a Marruecos.
Pero los países y España a la cabeza olvidan pronto. Y como el individuo que sólo va a lo suyo, sus debilidades en cuestiones tan banales como la del famoso islote-peñasco desierto, pasan a la 'ofensiva diplomática' contra los registros emocionales además de materiales, de otro país en vías de consolidación política e identitaria como en este momento trata de conseguir Bolivia después de 500 años de haber sido poco más que un feudo de explotación incesante por parte de los demás países. Hasta le arrebataron la salida al mar...
Un país cuya población mestiza constituye alrededor de un tercio y el 50% de indios, con tan abundantes recursos no sólo petroleros sino también madereros y minerales, es pasto fácil para cualquier depredador y cualquier rumiante desaprensivos... que son todos.
Cuando España dice defender sus intereses en Bolivia, a la postre no son más que los intereses concretos de una transnacional, de un grupo financiero, de un lobby con objetivos y determinaciones distintas de las de sus componenentes. Por eso ahora los políticos y los medios olvidan estas cuatro cosas: una, que los ejecutivos españoles de Repsol humillaron a Bolivia registrando en el Registro Internacional de Valores ciertos yacimientos que ya empiezo a pensar que fueron 'todos'. Dos, que Bolivia ha decidido soberanamente nacionalizar sus recursos, como España ha nacionalizado tantas otras cosas. Tres, que toda contratación precedente sufre las consecuencias de lo que jurídicamente se llama 'novación'. Las partes contratantes revisan las condiciones de los contratos que existían hasta el decreto nacionalizador y 'novan', esto es renuevan, modifican o cancelan la contratación en bloque. Cuatro, que de ningún modo los 'intereses' de Bolivia se verían afectados por el hecho de que Repsol y/o el Estado Español en la parte del litisconsorcio que le corresponda se retiren del negocio petrolero e incluso de toda clase de inversiones en Bolivia. Pretendientes no le faltarán...
Piénsenlo los acendrados políticos, los habilísimos abogados, los no menos hábiles diplomáticos y los mercaderes infectados de prepotencia en Bolivia antes de hablar y de negociar.
En última instancia hagan lo que quieran, pero sepan que los ciudadanos españoles que no hemos perdido todavía el juicio ni el sentido común, ni el de la equidad (sobre todo porque estamos dispuestos a renunciar al petróleo boliviano y hasta al dios destructor coche), nos trae sin cuidado que Repsol-YPF de Bolivia no se someta elegantemente a las condiciones que impongan a partir de ahora los gobernantes bolivianos para la extracción del crudo. Piensen que todavía hay muchos miles de millones en el mundo para quienes el dinero no está en el primer lugar de los valores universales, aunque en España, país que sólo parece 'avanzado' en eso, haya pasado al primer lugar en el ranking de valores y por eso es incapaz de comprender lo que denigratoriamente llaman populismo.
Sepan, que pese a todo, los que no estamos en esa onda y somos aún muchos millones, decimos ¡Viva el populismo que planta cara al imperio criminal y a todos los satélites que le secundan!




Opinión:

EL COBRE EN CHILE Y LA NACIONALIZACIÓN DEL PETRÓLEO Y DEL GAS EN BOLIVIA

El Mostrador de Chile (www.elmostrador.cl)

En Chile ha sido muy criticada la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia. El Mercurio ha encabezado una dura crítica, por ejemplo, titulando “Prensa mundial crítica a Evo con gran dureza”. También han hecho una dura crítica los parlamentarios de derecha. Lo que sorprende es que parlamentarios de la Concertación hagan una crítica más virulenta que El Mercurio y la derecha. Tal es el caso del diputado Jorge Tarud, quien además es Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados. El diputado Tarud señaló:
"El acuerdo de Morales con Cuba y Venezuela es uno de los 70, en blanco y negro, ideológico […].” "Lo ocurrido es una lección para nosotros si vemos los lazos de amistad que había entre Lula y Evo, y sin embargo, éste las emprende contra su compañía sin avisarle […]"
El Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores olvida que la nacionalización de los hidrocarburos era el tema principal del Programa de Evo y respondía a una Consulta Nacional y Popular al pueblo de Bolivia. EL Presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores de la Cámara de Diputados se refiere con desprecio y descalificación a la nacionalización, ubicándola como una idea “de los 70, en blanco y negro, ideológico”. Olvida el Honorable, que es justamente en los 70 –el 11 de julio de 1971-, que se nacionalizó el cobre en Chile, el cual ha entregado cuantiosos recursos al país.
‘Nadie sabe para quien trabaja’, señala un viejo adagio. Lo cierto es que los grandes recursos generados por la nacionalización del cobre en Chile -realizada por Allende-, han sido fundamentales en el funcionamiento de la economía durante la dictadura de Pinochet, aunque esto nadie lo menciona.
Incluso, en los gobiernos de la Concertación -a pesar de la desnacionalización del cobre-, ya que cerca del 70% del cobre chileno está en manos de las empresas extranjeras, el aporte de Codelco ha sido vital.
En los años recientes nadie duda que los grandes excedentes de Codelco hayan permitido que la economía chilena supere la larga recesión desde 1998 hasta 2003. El ‘tema’ central actualmente, es cómo utilizar los grandes excedentes del cobre.
¿Por qué tanta virulencia con la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia?
Las ganancias en Chile y los ingresos por la nacionalización de los hidrocarburos en Bolivia
1. Evo Morales, en su discurso sobre la nacionalización de los hidrocarburos dijo: “Se acabó el saqueo de nuestros recursos naturales por empresas extranjeras”. El Vicepresidente de Bolivia, Álvaro García Linera señaló: “[…] Con la nueva ley (del 2005) subimos a US$ 460 millones, hoy subimos a US$ 780 millones [...]”. Es decir, Bolivia aumentará sus ingresos por la nacionalización de los hidrocarburos en US$ 320 millones anuales. 2. Las ganancias de las empresas extranjeras en el cobre chileno, serán a lo menos –como hemos estimado-, de US$ 16.000 millones en 2006 (“Lo que todos callan. Las ganancias de las empresas extranjeras en el cobre”, El Mostrador.cl, 21 de abril de 2006).
3. Las utilidades proyectadas por Codelco para 2006, en base a los resultados del primer trimestre, serán de US$ 7.500 millones. Como las empresas privadas producen cerca del 70% y tienen costos menores, sus utilidades más que duplicarán las de Codelco, superando las estimaciones de US$ 16.000 millones que hemos realizado, dado que los precios del cobre han seguido subiendo. Los ingresos adicionales por ventas se transforman casi en su totalidad en incrementos de las ganancias de las empresas extranjeras. 4. Si sólo consideramos US$ 16.000 millones como ganancias de las empresas extranjeras en el cobre en Chile -en 2006-, ellas equivalen a 50 veces lo que recaudará adicionalmente Bolivia, en un año, por la nacionalización de los hidrocarburos.
5. El saqueo de los recursos naturales por parte de las empresas extranjeras denunciado por Evo Morales, es mucho mayor en Chile. En efecto, las utilidades de las empresas extranjeras en la minería chilena, equivalen -en 2006- al 70% del presupuesto nacional y se ubicarán entre el 13 % y el 15% del PIB chileno de este año.
En julio del 2001, a treinta años de la nacionalización del cobre realizada por el Presidente Allende, le enviamos al Presidente Ricardo Lagos, el documento, “La Sobreproducción Mundial de Cobre Creada desde nuestro País y la Crisis de la Economía Chilena”. En ese el precio del cobre había caído a 69 centavos de dólar la libra. En el documento le señalábamos lo siguiente:
“El precio del cobre se recuperará cuando la sobreproducción sea absorbida […] Como dijimos, […] los precios promedios anuales desde 1950 a 1995, en términos reales [dólares de 1995] eran aproximadamente 140 centavos de dólar. Cuando los precios se recuperen serán más evidentes aún los daños causados por los precios bajos debido a la sobreproducción creada desde Chile. Las empresas privadas y particularmente las extranjeras serán las más beneficiadas, porque como hemos dicho, se apropian del valor del recurso en el yacimiento y los impuestos pueden permanecer bajos porque las pérdidas tributarias actuales, la depreciación acelerada y otros ítems, pueden ser usados para disminuir el balance tributario”.
El precio promedio anual entre los años 1950 y 1995, en dólares de 1995 – como hemos dicho, fue de 140 centavos de dólar. En dólares de este año 2006, el precio promedio anual de la libra de cobre desde 1950 a 1995, fue superior a 181 centavos. Tomamos 1995 como año final de referencia del periodo, dado que de allí se provocó la profunda caída de precios debido a la sobreproducción que desde Chile generaron las empresas extranjeras.
Nuestros estudios fueron descalificados por gran parte de los actuales ejecutivos del sector que estimaban precios futuros de largo plazo, en torno a 90 centavos de dólar la libra de cobre. Este gran error y otros errores fueron los fundamentos del mal denominado ‘royalty’.
Como la aprobación del Royalty estuvo vinculada a una disminución de los impuestos a la renta desde 42% a 35%, es posible que en términos netos, el Estado chileno capte lo mismo o menos, que lo que hubiese captado sin el nuevo impuesto o mal llamado royalty’. Como los balances tributarios de las empresas no son públicos, el gobierno, el Parlamento y el Consejo de Defensa del Estado, deberían exigir una investigación al respecto.
Las utilidades de las empresas extranjeras son tan elevadas, porque se apropian ilegalmente del valor del cobre y del oro que están en los yacimientos que explotan en Chile. Expropian al pueblo chileno, propietarios de estos recursos según la Constitución, la que señala categóricamente que “El Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas”.
Durante la Dictadura, con una simple Ley anticonstitucional, se posibilitó la entrega de los yacimientos en propiedad privada. Esto permitió la desnacionalización del cobre a manos de las grandes mineras mundiales durante los gobiernos de la Concertación.
Radomiro Tomic previó la desnacionalización del cobre y el saqueo a Chile. En la Revista ‘Hoy’ -septiembre de 1983-, escribió lo siguiente: "Hace poco, The Washington Post, principal diario de la capital norteamericana, resumió así la opinión de una de las grandes transnacionales interesadas en el cobre chileno: 'No necesitamos esta habilidad. La Ley Minera no puede asegurarla. It is to good to be true' [Esto es demasiado bueno para ser verdad] Resumen magistral. Ni en los pobres estados africanos podrían perdurar leyes tan contrarias al interés nacional y al movimiento de la historia. No puede garantizar la primera de todas las no durarán en Chile. Más temprano que tarde el cobre(exigencias: estabilidad. volverá a ser chileno”.
Por todo lo anterior, si la Presidenta Michelle Bachelet y los partidos de la Concertación no modifican esta situación, serán cómplices de la continuación del saqueo al país que ha posibilitado la desnacionalización del cobre que nacionalizó Salvador Allende.





TRIBUNA: EMILIO MENÉNDEZ DEL VALLE

¿'QUO VADIS', LATINOAMÉRICA?

El País de España (www.elpais.es)

El 12 y 13 de mayo tendrá lugar en Viena la IV Cumbre Unión Europea / América Latina-Caribe. Allí los jefes de Estado y de Gobierno confrontarán varios hechos significativos, positivos y negativos. Positivo es el empeño creciente del Parlamento Europeo y de los parlamentarios latinoamericanos por reforzar las incipientes estructuras de integración regional (Mercosur, Comunidad Andina, Sistema de Integración Centroamericano), así como la relación entre estos últimos y la Unión Europea. Negativas son las posiciones disgregadoras y desintegradoras aparecidas recientemente, así como la tendencia a rearmarse en la región, todas ellas protagonizadas por distintos gobiernos.
El Mercado Común del Sur (Mercosur) -que agrupa a Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay (Venezuela acaba de iniciar un proceso de incorporación al mismo)- y la Comunidad Andina de Naciones, CAN (Colombia, Perú, Bolivia, Ecuador y, todavía, Venezuela) son los dos experimentos integradores del continente más interesantes. Mercosur -por PIB, habitantes y la destacada actuación brasileña en las relaciones internacionales, políticas y económicas- aventaja a la CAN. Ambas organizaciones sufren hoy una crisis. Por razones específicas de cada uno de los dos bloques, pero también por un factor común, si bien éste no está presente ni de la misma manera ni en todos los Estados. Me refiero al papel de los Estados Unidos y a cómo reaccionan ante él unos y otros.
Hay, por otro lado, algo importante a reseñar: nunca se habían dado crisis tan serias simultáneamente en el Mercosur y la CAN. El detonante en el primero ha consistido en un enfrentamiento entre Argentina y Uruguay a causa de la construcción en este país, pero sobre aguas que comparte con el primero, de dos fábricas de celulosa. Buenos Aires insiste en que se producirá una contaminación. Montevideo lo niega y pide la intervención de Mercosur para dirimir el conflicto. Buenos Aires -que preside temporalmente la organización- contempla el problema bilateralmente y se niega a atender los requerimientos de Uruguay. Ello ha llevado al presidente de este país, el socialista Tabaré Vázquez, a declarar que "Mercosur no sirve" y a importantes círculos de su país a reclamar la negociación de un tratado de libre comercio (TLC) con Estados Unidos, lo que dañaría el proceso integrador del propio Mercosur.
La "guerra de las papeleras" es, no obstante, sólo la punta del iceberg. Los dos países menos grandes, Paraguay y Uruguay, se quejan del predominio de los otros dos y sobre todo del del gigante brasileño. Para complicar las cosas, los presidentes argentino, Kirchner, y brasileño, Lula, se reunieron el pasado 26 de abril en São Paulo y ratificaron su "alianza estratégica", al tiempo que afirmaron que el conflicto uruguayo-argentino debe resolverse en el ámbito bilateral.
La otra gran crisis es la de la Comunidad Andina de Naciones, que Venezuela ha decidido abandonar afirmando que tampoco sirve. Hugo Chávez ha declarado que la CAN sólo defiende los intereses de las élites y de las multinacionales: "No le sirve a los indios, a los negros, ni a los pobres". En este caso, el detonante ha sido la firma de dos miembros de la CAN, Colombia y Perú, de sendos TLC con Washington. Para Bolivia la firma por Bogotá de ese tratado con Washington es un golpe importante pues las exportaciones de soja que efectúa a Colombia serán reemplazadas por soja estadounidense, más barata por ser transgénica. Evo Morales, que sustituirá a Chávez en junio como presidente de la CAN, se niega a que Chávez le entregue "un cadáver": "Ruego a los presidentes de Colombia y Perú que suspendan el TLC con Washington. Se comprende que Uribe firme el TLC, por la clase social de donde viene, pero es increíble la actitud del presidente Toledo, que dice representar a los indígenas, y con el TLC ha traicionado el movimiento indígena en toda Latinoamérica". ¿Surrealismo mágico latinoamericano? La situación ha empujado al presidente boliviano a cerrar filas con Chávez y Castro. Los tres han firmado en La Habana el 29 de abril el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), antítesis de los TLC que lidera Washington, y Morales ha decidido nacionalizar.
No obstante, en paralelo, se producen muy importantes acuerdos que, de concretarse, reforzarían la integración económica primero y, de poderse comparar con la experiencia europea, la política después. Así, el llamado gasoducto del Sur, que, pretende llegar desde Venezuela hasta Argentina, atravesando Brasil y Bolivia. De gigantesco coste, aun en estudio. Otro gasoducto de más reducido alcance sería el que uniese a Uruguay,
Paraguay y Bolivia, con apoyo venezolano. Empero, en el acto de la firma el 19 de abril, el presidente uruguayo solicitó que no discurriera por territorio argentino por miedo a que Buenos Aires pudiera cortar el suministro a Montevideo.
Rebus sic stantibus, ¿qué hacen algunos países latinoamericanos armándose de manera desproporcionada? ¿Temen una amenaza exterior? La única potencial es la de los EE UU y de esa no podrían defenderse con esas armas. Los cuatro países que mayor porcentaje de su PIB dedican a Defensa son, por este orden Ecuador, Chile, Colombia y Bolivia, tres de la CAN y Chile que, felizmente, acaba de tener un gesto amistoso hacia Bolivia (no mantienen relaciones diplomáticas desde hace 28 años) al mencionar la posibilidad de un acceso soberano al mar para la nación andina. Esa carrera armamentista debe ser detenida en beneficio del desarrollo de todos los pueblos de América Latina.
En el mundo globalizado de hoy, las únicas armas que necesita EE UU para imponer su hegemonía en su patio de atrás son las económicas y comerciales. Lo han intentado colectivamente con el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), que Venezuela pretende utópicamente contrarrestar con el ALBA (Alternativa Bolivariana de las Américas). El ALCA ha fracasado, en parte por la oposición de Buenos Aires y Brasilia, y Washington lo ensaya ahora país por país. Hugo Chávez, valiéndose de la jerga del surrealismo mágico, lo denuncia así: "No pudieron imponer el ALCA, pero están logrando que algunos países les firmen unos mini-ALCA, unos alquitas". Por cierto, a título de anécdota, de los 34 países de América Latina-Caribe, sólo 7 apoyaron a Washington en su invasión de Irak (República Dominicana, Costa Rica, Salvador, Honduras, Nicaragua, Panamá y Colombia) y en esos momentos estaban negociando con él acuerdos comerciales.
En cualquier caso, los TLC ratificados han supuesto un buen negocio para los exportadores norteamericanos. Por ejemplo, en los dos años de vigencia del acuerdo con Chile han duplicado las exportaciones a este país. Sin embargo, la mayoría de los pocos Gobiernos que han firmado TLC con EE UU tienen una sensación cuando menos agridulce. No parece que el trato sea equitativo ni tampoco que el libre comercio haya reducido significativamente la pobreza en América Latina, y no es exagerado sostener que los TLC pueden acabar dañando seriamente al campesinado de la región, que continúa siendo la mitad de sus 500 millones de habitantes.
¿Puede la reunión de Viena ayudar a América Latina? ¿Puede Europa actuar con generosidad sobre todo en el tema de los subsidios a la agricultura, de forma que los latinoamericanos y caribeños lleguen a ver en la UE una alternativa, si bien no mágica ni surrealista, a la rapiña histórica que para ellos han supuesto los Estados Unidos? Europa -y sobre todo España, por los muy especiales vínculos históricos y culturales- debe liderar un proceso de paz justa y de cooperación genuina, ayudando a la prevención de conflictos en la región, sugiriendo fórmulas para racionalizar la integración regional que eviten las tendencias centrífugas, insinuando vías para lograr cohesión social; esto es, la consolidación de un adecuado equilibrio entre el crecimiento económico y el reparto de la riqueza en la sociedad, lo que equivale al modelo que disfrutamos en Europa y que fue logrado a través del pacto y, precisamente, mediante la lógica de la integración regional.




¿EXISTE LATINOAMÉRICA?

La Primera de Perú (www.ednoperu.com)

Recuerdo que cuando en 1982 parecía que escalaba peligrosamente la guerra de las Malvinas, a la primera ministra británica se le preguntó en una entrevista que si no temía una acción militar conjunta de Latinoamérica en apoyo de la Argentina.
“No”, respondió Margaret Thatcher, “Latinoamérica no existe. Sólo existen países latinoamericanos”. Contundente respuesta que describía lo que siempre habíamos constituido en los asuntos internacionales:
Una región desunida y, por ende, sin peso geopolítico; percepción que 24 años después, en momentos que en otras latitudes se busca la conformación de regiones-estado, no sólo subsiste, sino que se ha acrecentado a la luz de los últimos acontecimientos:
1. Las simultáneas crisis de la CAN y el Mercosur, es decir, las principales agrupaciones subregionales que teóricamente iban a convertirse en los vehículos geoeconómicos e institucionales que llevarían desarrollo y prosperidad a los pueblos de los países que las conforman.
Independientemente de las razones ideológicas y de intromisión política, que en el caso de la CAN la han puesto al borde de su virtual disolución, el problema en ésta y en el Mercosur, pasa también por la falta de madurez política e institucional de sus miembros para liberalizar los procesos económicos y comerciales. Llevados muchas veces por la retórica, prefirieron ver a la integración como algo más político que económico, cuando es al revés.
2. La nacionalización de sus recursos energéticos por parte de Bolivia, en una muestra de retroceso a paradigmas trasnochados y comprobadamente fracasados, digitada –claro está– desde La Habana y Caracas, y confiando además en un eventual triunfo de Ollanta Humala en el Perú para controlar las tres grandes reservas gasíferas de Sudamérica y, parafraseando a Alan García, estar en condiciones de poner una pistola en la sien, no sólo al Brasil, sino a aquellos países con déficit energéticos, cooptarlos y causarle problemas a unos EE.UU. que ahora están cosechando los frutos de una historia de ceguera estratégica, ninguneo –e incluso desprecio– a toda una región.
Un eventual triunfo de Manuel López Obrador en México y de Daniel Ortega en Nicaragua, también digitados por Castro y Chávez, empeoraría exponencialmente el panorama.
3. La comprobación de que las percepciones de amenaza siguen vigentes y que los –fracasados– procesos subregionales de integración en nada las disminuyeron. Tan sólo veamos el informe que sobre el gasto militar sudamericano publicó el pasado 29 de abril El País de España.
El incremento de los índices de intercambios comerciales es lo que cambia las percepciones de amenaza, no hipócritas abrazos y reuniones de altos mandos militares. Hace 200 años lo sentenció Alexander Hamilton: “Sólo el espíritu del comercio suaviza los modales de los hombres”.
4. La demanda de Argentina contra Uruguay ante la CIJ por el litigio de las papeleras y la contrademanda de este último.
En mi opinión –desgraciadamente–, Latinoamérica sólo existe en términos de una serie de países que pueden ser identificados en un mapamundi y que tienden a fracturarse aun más. Triste, ¿no?

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